Tras mucho tiempo sin participar en las citas de los jueves, esta semana me he decidido. Venía bien esta convocatoria, así entiendo que nunca debo olvidarme que soy un juevero.
Aprovecho la propuesta de Mag y os invito a leer mi relato, En el límite, y a visitar la página de nuestra anfitriona, La trastienda del pecado, donde podréis leer más relatos jueveros sobre su interesante propuesta: ¡Se me olvidó!
En
el límite
Se
despertó con el martilleo de la resaca, aturdido y con la lengua pastosa. De su
mano colgaba un revolver. Lo miró confuso. En el suelo, yacían dos cadáveres
acribillados a balazos.
Escuchó
el sonido de una sirena, y enseguida golpes en la puerta.
—¡Abran, policía!
Apenas
podía pensar, tenía la cabeza embotada y vacía. Recordaba haber bebido mucho,
pero jamás olvidaría algo así. Él no podía haber cometido esos asesinatos.
Los
golpes continuaron impacientes y violentos, crispándole los nervios, sin darle tiempo a reaccionar sobre
lo sucedido. Un gran estruendo le sacó de su embotamiento cuando derribaron la puerta.
La
angustia comenzó a oprimirle el estómago, tenía demasiados secretos
inconfesables, esa vida oscura que apenas nadie conocía. Le investigarían, todo
su pasado saldría ahora a la luz y estaría acabado. No podían cogerle vivo.
Temblando,
se metió el cañón en la boca y, con mirada crispada y empapada en lágrimas,
apretó el gatillo.
…
No ocurrió nada, solo el chasquido del percutor golpeando el vacío. Se
arrodilló derrotado, arañándose el pelo, gritando que era inocente.
—¡Corten!
—se escuchó una voz— ¿Que haces Ronald? esta escena no va así.
De
varias habitaciones comenzó a salir gente.
—¡Que
idiota soy! —recordó, mareado y con ganas de vomitar—. No puedo llevar tan al
límite las técnicas del Actors Studio.
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