Hace un par de días me encontré con la triste noticia del fallecimiento de Vángelis. Supongo que a la mayoría este autor no les dirá nada, salvo si comento que fue el compositor de la banda sonora de la película "Carros de fuego".
Ninguna otra melodía como esta ha sintetizado la capacidad de camaradería y superación en una prueba deportiva. Este tema precioso ha quedado para siempre como el clásico indiscutible cuando se quiere mostrar la épica del esfuerzo de las personas.
Vángelis era un músico innovador y creativo, de vanguardia, con su música electrónica experimentó y creó innumerables discos llenos de melodías envolventes y futuristas. También muchas veces de una sensibilidad exquisita.
Este hecho, triste, me trae a la memoria una anécdota que me gustaría contar brevemente. Hace mucho tiempo, allá por principios de los 80, vi una película que me impresionó enormemente, se titulaba "Mater amatísima", estaba dirigida por José Antonio Salgot y protagonizada por una jovencísima Victoria Abril. Trataba sobre las dificultades de vida de una madre con un niño autista y como llegaba a integrarse en la vida del niño hasta aislarse ella misma del mundo exterior. El actor que lo interpretaba, Julito de la Cruz, era un niño con autismo real.
La música, escasa, esta película estaba cargada de silencios, era una composición de Vángelis; una música intimista y delicada, que me emocionaba hasta la lágrima.
Me empeñé en buscar el vinilo, pero entonces no existía ni internet ni Google con sus buscadores. El único medio que tuve fue ir de tienda de discos en tienda de discos preguntando, me recorrí todas las de Valencia y alrededores, pero nadie lo conocía. Esta película es de un poco antes del éxito de "Carros de fuego". Tampoco tenía posibilidad de ir escuchando discos hasta poder encontrarlo. Vángelis en aquel tiempo era, además, muy prolífico componiendo álbumes conceptuales y de una mística electrónica y espacial (me acuerdo de ese "Albedo 09" que me fascinaba).
Lo busqué durante mucho tiempo y empecé a comprar todos los discos que encontraba con la esperanza de que en alguno de ellos estuviera esa melodía que a mí me parecía maravillosa.
Al final lo encontré, varios meses y muchos discos después. La banda sonora (que no aparecía como BSO) estaba en un disco que se llamaba "Ignacio". Es un album hijo de su tiempo, una composición con una sola idea. El tema "Ignacio" ocupa ambas caras del disco y me sigue sonando absolutamente emotivo y sobrecogedor.
Una enorme pédida, sin duda.
ResponderEliminarUn abrazo
La música d Vangelis cala hasta los huesos. Descanse en paz
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