jueves, 8 de diciembre de 2022

Los jueves relato: En el límite

Tras mucho tiempo sin participar en las citas de los jueves, esta semana me he decidido. Venía bien esta convocatoria, así entiendo que nunca debo olvidarme que soy un juevero.
Aprovecho la propuesta de Mag y os invito a leer mi relato, En el límite, y a visitar la página de nuestra anfitriona, La trastienda del pecado,  donde podréis leer más relatos jueveros sobre su interesante propuesta: ¡Se me olvidó!



En el límite

Se despertó con el martilleo de la resaca, aturdido y con la lengua pastosa. De su mano colgaba un revolver. Lo miró confuso. En el suelo, yacían dos cadáveres acribillados a balazos.
   Escuchó el sonido de una sirena, y enseguida golpes en la puerta.
    —¡Abran, policía!
   Apenas podía pensar, tenía la cabeza embotada y vacía. Recordaba haber bebido mucho, pero jamás olvidaría algo así. Él no podía haber cometido esos asesinatos.
   Los golpes continuaron impacientes y violentos, crispándole los nervios, sin darle tiempo a reaccionar sobre lo sucedido. Un gran estruendo le sacó de su embotamiento cuando derribaron la puerta.
   La angustia comenzó a oprimirle el estómago, tenía demasiados secretos inconfesables, esa vida oscura que apenas nadie conocía. Le investigarían, todo su pasado saldría ahora a la luz y estaría acabado. No podían cogerle vivo.
   Temblando, se metió el cañón en la boca y, con mirada crispada y empapada en lágrimas, apretó el gatillo.
   … No ocurrió nada, solo el chasquido del percutor golpeando el vacío. Se arrodilló derrotado, arañándose el pelo, gritando que era inocente.
   —¡Corten! —se escuchó una voz— ¿Que haces Ronald? esta escena no va así.
   De varias habitaciones comenzó a salir gente.
   —¡Que idiota soy! —recordó, mareado y con ganas de vomitar—. No puedo llevar tan al límite las técnicas del Actors Studio.

 

Más historias despistadas en el sitio de Mag: La trastienda del pecado

sábado, 3 de diciembre de 2022

3 de diciembre, Día de las Personas con Discapacidad

 


Hoy es un día especial.
 
Para mí este día es acordarme de Mari Luz, María José, Elisa y Julia, mis intrépidas moteras valencianas, de APIP CV, la asociación de polio que contribuí a crear, de Miguel Ángel Galán y sus 16 escalones, de José Luis, mi amigo asturiano, todo valentía y entereza, de Violeta, que es mucho más que un color, de María Gómez-Caminero y sus dulces poemas de hierro, de Inma Blanco, con sus jueves literarios, de María José Ramos Mesa y su voz juiciosa, de Rosa Hernánz, poderosa mujer vital, de la superación de Alejandro Serrano, de mi amigo Mingo y de Consuelo Correcher que siempre encuentran su luz en la oscuridad, de Javier Gramaje como uno de aquellos niños víctimas de la Talidomida, de Carmen Cortes y el sufrimiento de la Colza, de Francisca Díaz y su familia viviendo entre silencios, de Ana Carrión y la Alborada de las enfermedades mentales y de aquella niña con las piernas de lata por las bombas de la guerra. Todos ellos, y muchos más, que marcaron mi inspiración en tantas ocasiones.