Comparto aquí en el blog mi segundo artículo publicado en el diario digital.
También podéis leerlo desde el propio periódico esdiario.com edición de la Comunidad Valenciana en la sección de opinión, pulsando en el siguiente enlace:
esdiario.com: La Ley de Accesibilidad
El
pasado 4 de Diciembre entró en vigor el Real Decreto 1/2013 de derechos de las Personas
con Discapacidad y su Inclusión Social para que edificios, entornos y servicios estén adaptados
con arreglo a las condiciones básicas de no discriminación y accesibilidad
universal.
Teóricamente desde ese día todas las barreras arquitectónicas deberían
de haber desaparecido de los espacios públicos y privados porque ya hay
una ley en vigor que lo obliga, pero la realidad, tristemente, es que no
ha sido así por mucha norma que lo dicte. En una sociedad como la
española que ese hecho sucediera casi habría parecido ciencia-ficción.
La cuestión es si habrá verdadera voluntad y compromiso por hacerla cumplir.
Son
innumerables las viviendas que no disponen de ascensor o los que no están
implantados a cota cero. En ocasiones con el drama que supone cargarse al hijo
discapacitado a la espalda para que pueda pisar la calle; también la de muchos
ancianos que pasan días, a veces semanas enclaustrados dentro de sus viviendas,
incapaces por si mismos de bajar unos escalones.
Poner
solución suele ser complicado; casi siempre se choca con la negativa de los
vecinos, a veces entendible por el excesivo coste de las obras de adaptación.
Ahí es donde habría que exigir a las administraciones un mayor compromiso ante
unas ayudas que ya existen, pero que claramente son lentas e insuficientes,
mientras lo sufren los más desamparados.
Existen
los molestos escalones que impiden el acceso a comercios y oficinas; también
los lavabos de tiendas y espacios públicos. En la mayoría de aseos es imposible
entrar con una silla de ruedas y cuando se indican como baños adaptados tienen
las barras sueltas o mal colocadas, imposible de agarrarse. Eso cuando no se
transforma en un cuarto sucio y maloliente, un trastero donde apilar cajas y
trastos viejos.
En
redes sociales se pueden ver compartidos ejemplos de aparcamientos, lavabos,
etc. que son auténticas antologías del disparate y la discriminación.
¡Qué importante sería que las inspecciones lo tomaran en cuenta!
¡Qué importante sería que las inspecciones lo tomaran en cuenta!
Especialmente
están los autobuses y trenes porque hoy día son imprescindibles. No cabe duda
de que tiene que armarse de valor cualquier persona con discapacidad física que
desee emprender un viaje, acudir diariamente al trabajo o desplazarse
simplemente por placer. Suele ser una pesadilla. Hay autobuses, sobre todo los
que comunican pueblos, que no disponen de rampas de acceso y en los trenes de
cercanías ni existen. La Estación del Norte de Valencia, por ejemplo, dispone
de una plataforma elevadora para que un carrito o silla pueda subir al tren,
pero luego, en la ciudad de destino, no disponen de esa plataforma y hay que
echar mano de la buena disposición de la gente para que la alcen en volandas y
poder descender. Al final se convierte en una situación humillante.
No creo que a Renfe le supusiera un gasto inalcanzable disponer de una plataforma en cada estación.
No creo que a Renfe le supusiera un gasto inalcanzable disponer de una plataforma en cada estación.
Y
por supuesto los cines, que no me puedo olvidar de ellos. Sin duda es una
leyenda urbana que alguien viese pagar su entrada a una persona en silla de
ruedas para ver una película, solo, marginado en una esquina de la primera
fila. Luces centelleando, imágenes espasmódicas moviéndose a velocidad de
vértigo sobre una pantalla de veinte metros cuadrados, todo bien pegado a su
cara.
No, no suele ocurrir, por eso ese símbolo de la silla dibujada sobre la desgastada moqueta se queda allí, marchita, solitaria y cargada de vergüenza junto a las papeleras.
Tengo muy claro que este trato vejatorio de las salas de cine es una de las señales más claras sobre la falta de empatía que sufre esta sociedad.
No, no suele ocurrir, por eso ese símbolo de la silla dibujada sobre la desgastada moqueta se queda allí, marchita, solitaria y cargada de vergüenza junto a las papeleras.
Tengo muy claro que este trato vejatorio de las salas de cine es una de las señales más claras sobre la falta de empatía que sufre esta sociedad.
Pero
bueno, para no faltar a la verdad hay que decir que en las grandes capitales,
en Valencia sin ir más lejos, se ha avanzado mucho en los últimos años, se ha
hecho un gran esfuerzo y numerosas calles y entradas a edificios públicos tienen
sus accesos bien adaptados. Aunque todavía queda bastante labor por delante. Desgraciadamente
esto no es así en pueblos y pequeñas ciudades, en la mayoría de ellos está casi
todo por hacer:
“La accesibilidad no se puede crear desde un despacho, hay que hacerla a pie de calle” —explica Teresa Salort, presidenta de la Asociación de Polio y Postpolio de la Comunidad Valenciana (APIP C.V.). Hace unas semanas, Teresa invitó al concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Oliva a dar un paseo sentado en una silla de ruedas. “No estaría mal que a la hora de planificarla, las autoridades municipales fueran acompañados de alguna persona en esa situación que les fuera indicando los problemas que tienen día a día y como solventarlos”.
La experiencia acabó de modo positivo y con el regidor concienciado.
“La accesibilidad no se puede crear desde un despacho, hay que hacerla a pie de calle” —explica Teresa Salort, presidenta de la Asociación de Polio y Postpolio de la Comunidad Valenciana (APIP C.V.). Hace unas semanas, Teresa invitó al concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Oliva a dar un paseo sentado en una silla de ruedas. “No estaría mal que a la hora de planificarla, las autoridades municipales fueran acompañados de alguna persona en esa situación que les fuera indicando los problemas que tienen día a día y como solventarlos”.
La experiencia acabó de modo positivo y con el regidor concienciado.
Innumerables
son los casos que se podrían ir desgranando como una manera de concienciar a ciudadanos
y autoridades políticas de la importancia de humanizar nuestras ciudades. Es
importante saber que el número de personas con discapacidad en la Comunitat
Valenciana ronda aproximadamente las 400.000, un 10% de la población y, aunque
en este artículo he querido centrarme exclusivamente en la accesibilidad
física, existen otras, sobre todo de tipo sensorial que son igualmente
importantes y que tropiezan a diario con sus propias barreras, que también son invisibles
a ojos de la mayoría.
Ahora,
ya disponemos de una ley que nos ampara a las personas con funcionalidad
diversa, ya se puede reclamar e incluso denunciar casos flagrantes; confiemos
que no suceda como con otras leyes: Ley de Dependencia, Ley de Memoria
Histórica, etc. que quedan muy llamativas y progresistas dentro del marco
legislativo español, pero huecas de eficacia.
Para leer el anterior artículo: Los niños de la Polio
Ojalá que puedas influir mucho con tus artículos, para hacer las mejoras que sean posibles, para una vida más feliz y considerada para todas esas personas. Sé que sí, confío mucho en ti, porque tienes un enorme corazón y una pluma muy clara y certera sobre el tema.
ResponderEliminarTe quiero y todo lo que amas. Besos para cada maravilloso integrante de tu familia.
Hola Sara.
ResponderEliminarBueno, ya ves que no es más que una ventanita, pero desde ella todo lo que yo humildemente pueda aportar por reflejar y , si es posible, hacer reflexionar a quienes corresponda, bienvenido sea.
Yo estos artículos me los tomo con interés y mucho cariño.
De momento quiero desearte una buena entrada de año y que en el 2018 puedas cumplir todos esos sueños que anhelas ver realizados.
Te los mereces por buena amiga y mejor persona que eres.
Un beso muy grande a tu niña y otro igual de enorme para tí.