sábado, 9 de octubre de 2021

Rumbo a Nicaragua

 

Por fin se cumplió el objetivo. Hace unos días zarpó un barco con un contenedor repleto de máquinas de hemodiálisis, sillones articulados, tratamientos de ósmosis y diverso material sanitario. Ha sido este un proyecto ilusionante y enorme que desde la ONG Valencianos por Nicaragua hemos organizado y gestionado como donación para la apertura de una nueva unidad de diálisis; también para aprovisionar aquella que abrimos en la ciudad de Estelí en el año 2004.

Porque la sección de hemodiálisis del hospital San Juan de Dios de Estelí sigue siendo la única pública y gratuita de Nicaragua. Aún hoy está en activo, resistiendo, con altibajos por los problemas económicos de un país tan empobrecido, pero funcionando. El resto que existen son clínicas privadas, por lo que las personas afectadas por una insuficiencia renal que no tienen dinero para pagarse el tratamiento, sencillamente mueren con una triste calidad de vida.

Yo todavía tengo fresco en mi memoria aquel viaje, cuando fui a instalarla y ponerla en marcha. Entonces mis piernas todavía respondían. Fue un viaje duro y difícil, una experiencia vital y única, muy complicada (casi me cuesta un ojo). Me fui solo, a un país diferente y sin conocer practicamente a nadie, solo a la Dra. Gilma Juárez, que estuvo previamente en Valencia preparándose en una especialidad médica tan diferente como es la diálisis. Aquel trabajo fue extenuante. Tuvimos todos los problemas del mundo, con la angustia constante de no llegar (tuve que aplazar mi vuelta, los diez días iniciales se convirtieron en quince), pero al final salió bien y para cuando regresé, aquella misma mañana en que salía el vuelo, pudimos dializar al primer paciente. Realmente fue duro y enriquecedor al mismo tiempo, de esas vivencias imposibles de olvidar. Se convirtió en uno de los mayores orgullos de mi vida.


Es verdad que recorrí pocos lugares de aquella Nicaragua entrañable, porque apenas pude salir del hospital en todo el tiempo que estuve. Siempre me he lamentado que así fuera, aunque algo vi (logré visitar la casa natal de Rubén Darío). Sí conocí algo a sus gentes: trabajadores, sanitarios  y un poco a quienes permanecían ingresados y sus familias, la mayoría personas humildes y sencillas, y eso fue lo que me gustó. Las personas enamoran.
En esta ocasión yo asistiré desde la distancia, triste de no poder vivirlo en persona, pero feliz de haber ayudado a prepararlo, porque ahora, con esta donación importante, ya serán dos en diferentes comarcas los departamentos de diálisis que contribuirán a mejorar la vida de un buen número de nicaragüenses sin recursos.

Todo este material médico, grande en volumen y calidad, ha salido del cierre de los centros de diálisis de Alcer Turia (Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón), en Valencia. Vaya por delante mi enorme agradecimiento, y el de toda la directiva de VxN, a Sagrario de Osma, gerente de esta asociación, por permitir que pudiéramos hacer uso de un material tan valioso.
Sin duda que el cierre de estos centros de Alcer ha supuesto para mí fluctuar entre la satisfacción por la ayuda que va a ofrecer, la cantidad de vidas que salvará, y el dolor de ver desmantelado el que fue mi trabajo, casi mi familia, durante más de 25 años. Esos compañeros que han tenido que marcharse; amigos que tuve; que aún hoy tengo. 



Este proyecto ha supuesto una tarea ardua y compleja, en la que más de una vez pensamos que no saldría adelante, por cuestiones burocráticas muchas veces, pero también por falta de dinero. La donación ha requerido de unos gastos enormes para nosotros, hormiguitas de la colaboración, Porque Valencianos por Nicaragua es una ONG pequeña, muy pequeña, que no llega a 60 socios. Con sus cuotas, haciendo ingeniería económica, se realizan un puñado de proyectos, varios en cooperación, como Visió sense fronteres, donde un puñado de médicos oftalmólogos viajan cada año para realizar operaciones; proveer de paneles solares a aldeas remotas para que puedan disponer de luz; llevar agua a diversas comunidades sin recursos; y colaborar con Chigüines, aportando fondos para becas y que grupos de chavales puedan ir a la escuela. Allí, los colegios suelen estar a kilómetros de distancia de las aldeas rurales donde estos chicos y chicas viven; sin esa ayuda que les costea material y autobús de transporte les sería imposible estudiar.
Hace unos días nos llegó la noticia de que uno de esos muchachos ha conseguido entrar en la universidad. Sin duda es la mayor satisfacción, confirmar que todo ese esfuerzo vale la pena.  

Y bueno, como muchos quizá sabéis, los beneficios de mi libro de relatos Cometas cruzando el sol los cedí a esta ONG. Son un puñado de historias escritas desde el corazón con el objetivo de emocionar, acompañadas de algunos dibujos maravillosos cedidos por unos cuantos ilustradores solidarios y geniales.
Cuando decidí donarlo, lo hice imaginando que, humildemente, con mis escritos, mis cuentos diferentes, podría contribuir de algún modo a mejorar las condiciones de aquella gente tan olvidada, personas que parecen tener la vida en contra simplemente por haber nacido en un país pobre del Tercer Mundo.
Porque yo creo en la solidaridad, VxN no es la única ONG a la que pertenezco. Siempre he pensado que es bueno dar parte de uno mismo. Hay muchas maneras de hacerlo, en estos tiempos de Covid lo hemos visto casi a diario. Todos esos héroes sin capa. Dar y/o darse a cambio de una sonrisa, sea de un anciano enfermo de Covid o de un niño en Nicaragua.


Ya por último, quiero dar las gracias al puñado de gente que ha ayudado a que esta hermosa locura de enviar toda una unidad de diálisis, a casi 9.000 kilómetros, siendo tan poquita cosa como somos, haya podido llevarse a cabo:
A Alcer Turia; a Juan, Toni y Juan Carlos, mis antiguos compañeros; a Merari Blandon, directora del INPRHU y al Dr. Cristian Urey, nefrólogo, desde la propia Nicaragua; a la empresa JoséArte; a Ana María Álvarez, nuestra presidenta, a Ana de Jorge, a Pilar Bárcena, miembros de la junta directiva, y, sobre todo, a Toni Salvador, alma y sostén de esta ONG; sin él, sin sus gestiones incansables, hubiera sido totalmente imposible.

A la memoria de José Ignacio de Jorge, amigo y fundador de Valencianos por Nicaragua y de Gladys Cáceres, anterior directora del INPRHU.

http://www.valencianospornicaragua.com/
https://www.facebook.com/valencianos.pornicaragua


 











 

8 comentarios:

  1. Está genial!!!! Voy a compartir el enlace, hay mucha vida, ilusión y esperanza en lo que has escrito. Sólo quitaría mi nombre 🤣🤣🤣🤣 porque siempre he pensado que no hay otra forma de ser y de vivir que comprometiéndose con los demás. Por eso siempre digo que no tiene mérito jejeje, dicho en positivo, de la misma forma que respirar es un acto increíble pero no tiene mérito, no podemos vivir sin respirar, así que yo no puedo vivir sin comprometerme. Gracias José Vte, en una pasada compartir contigo compromisos.

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    1. Bueno, Toni. Me encanta que lo veas así, con esa naturalidad que da la imagen del respirar,pero en realidad si que tiene mérito. Tu labor comprometida es muy grande. Sin duda que sin tu dedicación, ese continuo manejarte con informes, llamadas y presencia física, ha conseguido que este, y otros proyectos, salgan adelante y salgan bien.
      Todos en la junta tienen su valor con el esfuerzo que dedican, pero tú eres su verdadera alma.
      Gracias.

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  2. Una iniciativa maravillosa, que demuestra que la solidaridad existe.

    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias, Albada. Yo siempre he creído en la solidaridad. Estoy convencido de que nos hace mejores personas.
      Un abrazo.

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  3. Admirable. Ojalá la ayuda llegue a donde debe llegar y el esfuerzo solidario no se pierda en el camino. Un abrazo

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    1. Hola Mónica.
      Nosotros estamos convencidos de que harán buen uso de todo este material (es verdad que la situación política del país ahora mismo no da buena espina)pero confiamos en los profesionales sanitarios de aquel país.
      Igual que sacaron adelante aquella donación en 2004, que todavía hoy sigue funcionando, seguro que con este también lo harán.

      Un abrazo y gracias.

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  4. Es muy bueno que todavía puedan ser de utilidad esos equipos en otra parte, si es que han cerrado esos centros de Valencia.
    Felicidades y abrazos a todos los implicados.

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    1. De la pena surge una semilla de ilusión y esperanza.
      Hoy, el barco ya está a punto de llegar a aquellas tierras. Lleva retraso por el atasco mundial de puertos después del confinamiento por la Covid, pero estamos ilusionados de que pronto pueda ayudar a que la gente de Nicaragua tenga un sitio más donde tratarse sus afecciones renales.

      Un abrazo, Sara, y gracias.

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