
El movimiento 15M de los indignados, contra la degradación de una democracia que permite que multitud de políticos corruptos se presenten a ocupar cargos públicos, gracias a la potente maquinaria de los partidos políticos y el sistema que generan, así como a la constante manipulación informativa de la que somos objeto (la Comunidad Valenciana sería un claro ejemplo de ambos tipos), ha decidido empezar a trasladarse a los barrios.