
Ayer perdí a un amigo, a un compañero y buen amigo, cierto es que llevaba ya algún tiempo delicado de salud, pero nunca esperas que pueda llegar tan así, tan de sopetón. Es la puta enfermedad renal, la maldita dialisis, la que ha hecho que poco a poco haya ido perdiendo amigos, gente buena, gente joven que tuvieron que sortear muchos años de su vida entre médicos, dias y años de pesada diálisis, sintiendo como, ironicamente, lo que les da la vida, poco a poco se la va desgastando, y siempre a la espera del tan ansiado transplante, que desgraciadamente, no siempre es el final de la pesadilla y del dolor...