En
silencio te has marchado,
dulcemente,
instante
sereno de un mundo apagado a tus
ojos.
Adiós, viejo olmo,
trabajador infatigable,
quijote de caminos,
emigrante de sueños que has partido
al cielo de tu gloria,
etéreo y grácil,
ligero
como un pajarillo.
Dejas
viuda a la vida y el alma rota,
lágrimas
que el viento arrastra
sobre
esta tierra de todos que tú tanto amaste.
Las
lágrimas de quienes tuvimos la fortuna de conocerte:
tus
amigos, tus hijos…, tus nietos;
lágrimas
sosegadas de quien fue tu compañera en alientos,
tu
apoyo, durante sesenta arduos pero venturosos años.
Ahora,
en ti queda el descanso;
en
nosotros, dolor y memoria.
Tu
memoria.
Tantos
recuerdos como nos has dejado en una existencia plena y larga.
Esas
vivencias, contadas y escritas,
que
me hacen entender cuando las evoco,
cuando
las siento,
lo
mucho que te vamos a echar de menos.
Adiós,
papá.
Ohhhh, cómo lo siento, Jose Vicente.
ResponderEliminarTe abrazo muy, muy fuerte, porque no existen palabras de consuelo.
Amigo, este año azotan nuestras vidas estas ausencias. Te acompaño en el sentimiento del que estoy cerca por mi misma.
ResponderEliminarSe fuerte y a seguir la vida por ti y por los que quedan a tu lado. Besos.
José, un enorme abrazo. Cuánto lo siento. Mucho, de verdad. Estoy a tu lado.
ResponderEliminarDescanse en paz. Fuerza y consuelo, mi querido amigo.
Te quiero.
Vaya, lo siento mucho, QED...
ResponderEliminarSalud y abrazo
Pese a lo irreparable, cuando la muerte llega después de una vida larga y fecunda, uno consigue hacerse a la idea de que quien se fue, deja semilla y por lo tanto, su paso por este mundo ha tenido sentido y quienes lo hemos amado y acompañado debemos agradecer lo que hemos compartido.
ResponderEliminarMuy entrañable dedicatoria que sin duda honra su memoria.
Un fuerte abrazo
Un besoooo grande y utópico.
ResponderEliminarIrma.-
Hola amigas y amigos. Muchísimas gracias por vuestro apoyo y vuestras palabras de ánimo.
ResponderEliminarRealmente han sido unos días, más bien unos meses, bastante duros. Ver como el padre va perdiendo poco a poco su esencia, sus recuerdos y se va consumiendo, también físicamente, despacito, es muy duro.
Ya ha pasado todo. Ahora ya está descansando y tanto él como sus pasos por este mundo forman parte de nuestra memoria.
Mi gratitud para todos.