
Campanar es actualmente uno de esos barrios anexionados a Valencia que en su zona más castiza todavía tiene un inconfundible sabor a pueblo. Y fue, junto a la plaza de la iglesia, donde estábamos nosotros, un grupo de escritores con nuestros libros, entre artesanos, y puestos de ventas, con pasacalles, filaes de moros y cristianos, torrades de carn, ollas de arroz amb fesols i naps, etc. Toda una fiesta que en ocasiones se deslucía por el desasosegante viento que también quiso apuntarse a la celebración.