Teresa
Oteo del blog Puntos suspensivos ha vuelto, y nos trae el que posiblemente sea
uno de los últimos, si no el último, relato de las Crónicas de la Muerte Dulce;
y lo hace con una historia que, en su brevedad, refleja esplendidamente un
punto de vista inédito en este puñado de relatos tan heterogeneo.
Es el relato de Tere un texto duro y seco, pero absolutamente necesario para
entrar en el universo de tragedia que supone un apocalipsis como el que narran
estas crónicas. Además tiene el sello inconfundible y genial de los microrelatos de Tere, sus finales siempre sorprenden. Es muy bueno y no se puede dejar de leer.
Muchas gracias Tere por tu colaboración
10/11/2012 –
Almas de ceniza
¡Qué difícil levantarse cada
mañana para vivir una vida sin sentido, sin futuro, sin ilusión, sin esperanza…
una vida de muerte!
Hemos intentado mantener la
calma y continuar con el protocolo habitual durante todo este tiempo, desde que
el VMH-07 empezó a propagarse y a sembrar el planeta de víctimas mortales.
Ahora ya no es posible. El terror nos está paralizando a todos y aunque la idea
de un mañana inexistente nos hace pensar en arrojar la toalla, en abandonar la
lucha, no nos rendiremos antes de tiempo, tenemos que seguir adelante… hasta el
final.
Esta misma semana colgaré
una entrada dando por finalizado el proyecto de las crónicas. En ella haré recuento de los relatos y
autores que lo integran, que al final son muchos y muy variados. No es por meter prisa, pero el que aun desee colaborar sigue estando a tiempo, eso si a muy poco tiempo.
Nota: mientras elaboraba esta entrada ha llegado una aportación de un juevero, inédito en las crónicas, con un microrelato muy, muy corto que incluiré en el cierre que comentaba anteriormente.
Nota: mientras elaboraba esta entrada ha llegado una aportación de un juevero, inédito en las crónicas, con un microrelato muy, muy corto que incluiré en el cierre que comentaba anteriormente.
He vuelto, y es un placer y un honor hacerlo!
ResponderEliminarMuchas gracias por la presentación, no sé yo si merezco tanto...
Muchos besos!
José Vte.un relato muy triste pero a la vez muy intenso de las cosas que como las cartas que no tienen remite, no volvera.
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