Día del libro

Irene García, Carmen Artigas, yo, Julián Mingo y Silvia Lázaro

Hoy es el día del libro, y me vais a permitir que, liberándome de todo pudor, este día me lo dedique a mi mismo. A mí, a todos cuantos deciden hacer realidad sus ilusiones, aunque sean temerarias y por supuesto a ese grupo de amigos que han participado conmigo en la edición de Despertar. 

Quiero empezar diciendo que yo no me considero escritor, al menos aun no, a pesar de haber publicado este libro; me da mucho apuro cuando me lo llaman. Creo que el oficio de escritor es algo más de lo que yo, de momento, soy capaz de aportar a la literatura.
Eso no quita ni un ápice para que me sienta enormemente orgulloso y satisfecho de éste libro y del trabajo realizado.
Yo me considero honrado y sincero en mi manera de escribir y con un punto de inocencia, al menos la justa para contar unas historias que muchas veces al plantearlas y al plasmarlas, mediante el teclado a la pantalla del ordenador, me duelen muy dentro. Porque justamente lo que yo deseo trasmitir es lo que creo que la gente que me conoce y me quiere más valora; emoción y sensaciones. 

También reivindico la innegable necesidad de expresar inquietudes y plasmar experiencias, eso no significa que yo mismo me lleve a engaño, nunca lo haré, tampoco significa que no esté en disposición de seguir aprendiendo. Algo del camino ya he andado y aun me queda un largo trecho que recorrer. 

En definitiva, creo que tengo los pies bien asentados en la tierra y se perfectamente donde estoy.

Pido perdón a los escritores de verdad por la usurpación, pero yo hoy quiero dedicar ésta entrada, en el día del libro, a todos cuantos tenemos la necesidad de expresarnos por medio de las palabras, ya sean libros, blogs, etc. para contar historias y vivencias que de otra manera nos dejarían un tremendo dolor en el alma y sobre todo en el corazón. 

Éstas que vienen son las fotos de la presentación que hicimos el grupo de amigos el mismo día que recibí los libros. Fue el pasado 4 de abril, en una tarde lluviosa, tan esperada y deseada. Algunos, como Carmen Artigas, no conocía al resto, pero congenió rápida y estupendamente. Pasamos un rato muy entretenido, alrededor de un café; reímos y charlamos largamente. Allí estaban la citada Carmen Artigas, Julián Mingo, Silvia Lázaro y mis hijas Irene y Laura, también Gabriel el novio de Irene, y por supuesto, Conchín, mi mujer. Fue una tarde muy agradable y distendida.
Ese día no pudo estar Libardo Mora, actualmente vive en Barcelona, pero afortunadamente pude verme con él unos días después y entregárselo.

Silvia Lázaro

Julián Mingo

Carmen Artigas y Julián Mingo

 

Libardo Mora

Gabriel, Irene, Laura, Carmen, Conchín, Julián, yo y Silvia Lázaro

Gracias a ellos, mis amigos, y sobre todo gracias a todos los que habéis confiado en mi y en las historias que pueblan Despertar.

A todos, feliz día del libro.