Esta semana en el relato de los jueves, Maru nos ha invitado a que contemos algo extraordinario que nos haya sucedido. Como yo soy mas bien insulso y en mi vida no hay muchas cosas extraordinarias que contar, me he decidido por narrar esta historia verídica que le sucedió a un amigo. La única condición que me puso es que la explicara tal y como me la contaba:.Él la llamaba: ¡Mira en la bañera!
¡Mira en la bañera!
Esa mañana me encontraba sólo en casa, mi mujer se había ido
a trabajar y yo aún disponía de algunos días de vacaciones. Hacía poco que
habíamos estrenado nuestra casa que olía a nueva por todos los rincones.
Esa mañana debía de salir a realizar unas compras, así es
que me acerqué al aseo para darme un ligero afeitado. Cuando abrí la puerta me
sobrecogí. La luz estaba encendida y la habitación completamente llena de un
denso humo provocado por el vapor de agua. En medio del baño, de pie, se
encontraba un niño de apenas seis años que completamente desnudo y chorreando
agua me miraba profundamente a los ojos a la vez que gritaba suplicante:
-
¡Por favor, mira en la bañera!
Yo, incapaz de reaccionar durante unos segundos, me quedé
petrificado mirando al niño. ¡¡¡Nosotros no teníamos hijos!!!. En ese momento comenzó
a sonar el timbre de la puerta de la calle de una manera insistente y tenaz. El
estridente sonido me estaba volviendo loco Sin saber bien que atender o que
hacer salí corriendo hacia la puerta.
Cuando llegué y la abrí me sorprendió ver que allí no había
nadie, también el timbre había dejado de
sonar. Maldiciendo volví corriendo al lavabo. Para mi sorpresa el niño ya no
estaba y el cuarto de baño se encontraba completamente normal.
No me lo podía creer, ¡la escena había sido tan real!, casi
habría podido tocar al niño. Pero estaba claro que todo había sido producto de
mi imaginación. Temblando como estaba, me acerqué a la cocina y me hice una
infusión para calmar el estado de nervios en que me había quedado. Cuando ya
por la tarde lo conté, mi mujer, con evidente guasa, le restó importancia.
Con el tiempo la visión se convirtió en la anécdota que
solía contar, inyectándole mucho dramatismo, en las charlas entre amigos sobre
temas ocultos y misteriosos que en ocasiones teníamos. Hasta que finalmente la
olvidé.
Pasaron los años, hacía ya varios que me había jubilado y
ahora entretenía las apacibles tardes leyendo en mi viejo sillón. Es lo que
hacía en esos momentos cuando sonó el timbre de la puerta. Mi mujer y mi hija
hacía poco rato que se habían ido y pensé que algo se habrían dejado para
regresar tan pronto. El timbre seguía sonando de una manera estruendosa e impulsiva.
Me estaba poniendo de los nervios. Gritando entre tanto estrépito avisé que ya
iba y cuando enfadado abrí la puerta vi que allí no había nadie el timbre también
había dejado de sonar. Fue entonces cuando, como en una revelación, volví a
recordar y lo vi todo claro. Corriendo todo cuanto me daban las fatigadas
piernas, recorrí el largo pasillo hasta llegar al cuarto de baño. Cerré los
ojos durante un instante y abrí la puerta de golpe. Una enorme nube de vaho
caliente salió del aseo, el suelo estaba completamente inundado de agua. Me
acerqué a la bañera y allí estaba mi nieto, completamente hundido dentro del
agua. Angustiado y tembloroso cerré el grifo, saqué al niño y pude comprobar
que aun respiraba. Me dispuse a reanimarle dándole unos cachetes en la cara a
la vez que intentaba hacerle lo más parecido a un boca a boca que supe, las
lágrimas apenas me dejaban ver.
Afortunadamente el niño reaccionó y entonces pude distinguir
que de sus labios, ligeramente morados, emergía una leve sonrisa, creo que era
de agradecimiento.
Un rato después, ya algo más calmado, conseguí recordar como
el niño, al poco de marcharse su madre, se había echado el vaso de cola-cao de
la merienda encima y yo le había permitido darse un baño, luego… me había
olvidado.
Ya nunca he podido olvidar lo sucedido. Incluso ahora,
recluido en este hospital para viejos olvidados, es el único recuerdo que me
une a lo que un día fue mi propia vida.
Un relato muy especial de algo inexplicable. ¡Angelitos!, incrédulo. ¿Insulso? ¡Para nada! Tienes un montón de cosas interesantes en tu rica personalidad.
ResponderEliminarUn beso cariñoso.
La próxinma vez hazte un nudo en el dedo para que no se te olvide...jajaja
ResponderEliminarSALUD
Un relato maravillosamente extraordinario, con la cuota exacta de misterio que a mí me gusta!...y encima termina bien!...¿qué más se puede pedir?
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Jose Vicente:
ResponderEliminarMadre mía, qué susto me he pegado...eso si que es para no olvidarse!
Yo, que vivo llena de memos, de banderitas, de recordatorios, agendas y alarmas, va a ser que no...
Abrazos
Wendy
Lo de, insulso y sin nada extrordinario que contar, lo dudo. Estoy segurísima de ello.
ResponderEliminarEl relato, (¿real? uf) es perfecto. Ha sido una lectura muy, muy agradable.
Caray...eso sí es un relato emocionante...
ResponderEliminarQuerido Vicente, no hay que pensar si es verdad o fruto de la imaginación (el de cuando era joven o el de ahora...) dá igual. Lo importante es como el protagonista lo vive.
Además, ya sabes aquello de " non cerio nas Meigas, mas..."
Sin duda un relato extraordinario, en el contenido y en la forma, siempre impecable.
Espero que hayas estado agusto en la merienda..Gracias por venir.
Besitos, amigo.
Mira, de algo le sirvió a tu amigo esa experiencia paranormal. Yo he tenido algunas, pero como soy una incrédula, pues hago como tu amigo, las dejo ahí, si significan algo ya saldrá y sino, tengo para charlar...
ResponderEliminarUn besito y un café.
Agüita, Agüita! nunca mejor dicho. Es la segunda vez en esta semana que leo algo tuyo y se me ponen los pelos como escarpias. Tela, telita! me quedao muerto.
ResponderEliminarOjito con el tio Josevi!
un abrazo
Lo que dice Genín, es una idea, de todos modos como eso del tiempo es relativo, ya se sabe, pueden ocurrir cosas raras a eso que uno baje la guardia de la consciencia. Muy buen relato, muy vívido. Bs.
ResponderEliminarEsto si que es, que vengan del futuro y te cuenten lo que va a pasar, gracias a eso salvó a su nieto.
ResponderEliminarMuy bonita historia, llena de intensidad.
Un abrazo
Esto si que es, un buen relato...
ResponderEliminarEsto si que es, un buen relato...
Esto si que es, un buen relatooooo
Ups, que no era un buen relato, si no una chirigota, es que acabo de aterrizar de los carnavales y cuando he acabado de leérmelo me he puesto en pié eufórica!!!, entretenido, lleno de misterio, de angustia y miedo y de ternura infinita, se puede servir más!!!, este jueves un once sobre diez!!!, miles de besosssssssssssss
Un suceso extraordinario desde luego. Y perfectamente narrado.
ResponderEliminarUn abrazo.
podría decir que me encanta 4º milenio, per mentiría. sí podría decirte que me encanta LA ROSA DE LOS VIENTOS, y no te mentiría...mientras en esta los sucesos anormales o paranormales o raros, se explican como debe de ser, es decir, con pelos y señales, para acabar diciendo que eso es lo que hay...o que quizá odría ser...pero ese pdría ser se intenta hacer comprensible...
ResponderEliminarpor el contarrio, 4º milenio, te llena de imágenes y de presentaciones y de adornos, PARA INDUCIRTE A CREERLO, aunque, y eso suele ser evrdad, el i. jiménez luego te diga que ustedes piensen lo que quieran...la verdad es que te inducen, te lo presentan como misterioso y cierto..aunque al final..sabes, este programa tiene demasiados adornos para luego no decir nada...eso sí...y sin embargo, esta historia tuya, por muy ficcionada que sea o por muy verdadra que sea, que no lo sé..sabes: se hace creíbleeee...y eso, amigo, sólo se consigo sabiéndola narrar..
así que si un día te presentas en 4º milenio, quizá yo, como su espectador,lo agradezcaaaa¡¡
medio beso.
podría decir que me encanta 4º milenio, per mentiría. sí podría decirte que me encanta LA ROSA DE LOS VIENTOS, y no te mentiría...mientras en esta los sucesos anormales o paranormales o raros, se explican como debe de ser, es decir, con pelos y señales, para acabar diciendo que eso es lo que hay...o que quizá odría ser...pero ese pdría ser se intenta hacer comprensible...
ResponderEliminarpor el contarrio, 4º milenio, te llena de imágenes y de presentaciones y de adornos, PARA INDUCIRTE A CREERLO, aunque, y eso suele ser evrdad, el i. jiménez luego te diga que ustedes piensen lo que quieran...la verdad es que te inducen, te lo presentan como misterioso y cierto..aunque al final..sabes, este programa tiene demasiados adornos para luego no decir nada...eso sí...y sin embargo, esta historia tuya, por muy ficcionada que sea o por muy verdadra que sea, que no lo sé..sabes: se hace creíbleeee...y eso, amigo, sólo se consigo sabiéndola narrar..
así que si un día te presentas en 4º milenio, quizá yo, como su espectador,lo agradezcaaaa¡¡
medio beso.
A veces, te lo digo yo, yo, a veces ocurren hechos extraordinarios que esquivo, sobresaltado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Extraordinaria es sin duda, pero yo prefiero no vivir nada igual, y como has dicho al comenzar una vida insulsa jajajaja mejor que mejor.
ResponderEliminarExtraordinario tu JoseVicente.
Un abrazo.
Como siempre, un relato lleno de misterio y emoción, muy bien contado. Yo tambien tengo vividos algunos sucesos extraños que darían para unos cuantos relatos. Pero mejor dejarlos estar....por si las moscas!!!
ResponderEliminarSaludos
El viernes salgo para tu tierra. Comprobaré "in situ" como está la situación de los jovenes estudiantes...Eso tambien es paranormal!
Un relato estupendo, muy emocionante y misterioso.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Bicos
Qué buen relato. Tu amigo no se quejará. Me has hecho recordar el pasillo y el baño de mi casa cuando era niña. He pasado cierta angustia, lo cual quiere decir que está muy bien contado. Las explicaciones no son cosa mía.
ResponderEliminarBesos, llamando a la puerta...
Que historia más misteriosa y las vez angustiosa, menos mal que el final no es terrorífico aunque si emocionante, un saludo.
ResponderEliminarHasta yo me he sentido conmocionada leyendo. Creo que eso significa que has conseguido tu objetivo. Buen relata, bien entrelazado de un hecho superextraordinario.
ResponderEliminarBesitos
Un extraordinario suceso contado de una forma extraordinaria. Sobrecogedores los momentos del niño emergiendo del vaho, el de esa premonición que lo lleva a aligerar renqueante a encontrarse con su nieto a punto de ahogarse. Tensión, misterio y suspense que se mantiene hasta ese final feliz para su protagonista. Un placer leerte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si te digo que un escalofrío ha recorrido mi cuerpo mientras el abuelo iba hacía el baño y se asomaba a la bañera…me creerás, porque ha sido así, de quedarme sin aire.
ResponderEliminarUn relato extraordinario y nada extraño en personas de gran sensibilidad que presienten los acontecimientos antes de que ocurran.
Me gustó mucho, he pasado un rato muy agradable leyéndolo a pesar del susto.
Un abrazo.
Visiones premonitorias?? Pues mira tal vez existen, yo he tenido algunos sueños premonitorios que la recordarlos me han salvado de una catastrofe. Son extrañas estas visiones pero pueden suceder, de echo aquí sucede.
ResponderEliminarMuy bien, Jose Vte.
Un abrazo.
El misterio está servido con tu relato, José Vicente.
ResponderEliminarEstas cosillas nos maravillan a todos, nos asustan, nos ponen piel de gallina, pero ocurren, quizá con más frecuencia de la que suponemos.
Me gusta cómo lo has narrado.
Un beso.
Vaya aun tengo la gallina en piel, menos mal que esta historia acaba bien, que ya tocaba, siempre hablando de la muerte dulce, jeje, que yo recuerde, no creo haber tenido ninguna experiencia como esa, a veces parece que hay momentos en los cuales ya has estado, o los has vivido anteriormente, pero enseguida se olvidan, daria mucho que pensar que tuvieramos visiones de estas muy a menudo, que miedo¡
ResponderEliminarsaludos
Hola amigo: Los sueños són premonitorios, y reveladores. A mi me han ocurrido cosas, jamas peligrosas, eso sí, pero que dan que pensar. Muy bién narrado. y comosiempre me ha gustado mucho.
ResponderEliminarCordialmente, te saludo desde la montaña.
Magnífico relato, creo en la premonición aunque no practique. Es posible que algo te avise y que ese aviso queda en ese subconsciente que desconocemos para cuando, como el caso que narras, haga falta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una historia increíble, me puso los pelos de punta el final. La visión había sido como un aviso que muchos años después se hizo realidad. Que estas cosas pasan es una realidad, pero que fuerte debe ser pasar esta experiencia.
ResponderEliminarExcelente, me gustó muchísimo.
Un abrazo.
¡¡Bravo!! magnífica secuencia, niño :)
ResponderEliminarabrazos y feliz finde
Soy admiradora de tus escritos. Me engancho desde el principio al fin.
ResponderEliminarDisfruté mucho como siempre, leyendote, con los nervios a flor de piel y contenta del final felíz.
Ay! hombres... mira que olvidarse del nieto!!!! Lo tendré en cuenta para cuando sea abuela, no sea que me pase también, :0
besos y abrazos.
Genial José Vte. Intenso y elegante.
ResponderEliminarOrdenadamente misterioso. Un corto al que se le puede sacar mucho partido.
Abrazos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLo primero te pido perdón, por venir tan tarde, pero los carnavales me envolvieron el fin de semana jajjaja..
ResponderEliminarYo se que las premoniciones existen,y eso es lo que pudo ayudarte a salvar a tu nieto, de un grave suceso, tambien el que tu recordaras, tu vivencia, y tus reflejos pusieron su granito de arena...Me alegra que todo acabase bien...Extraordinario, y bonito relato amigo....Besos..Uno para tu nieto....Lucia.
Hola, José Vicente
ResponderEliminarEs de lo más sorprendente tu blog. He dado con él a través de Ebude y buscando las crónicas de la muerte dulce, he parado aquí.
Me ha gustado mucho tu relato; tiene dos momentos claros de miedo: el primero no tanto, pero sí muy bien conseguido pero el segundo, caray! qué susto y es que desgraciadamente si no hubiese sido por la intervención "divina" hubiera sido uno de los muchos accidentes domésticos que casi siempre terminan "fatalmente".
Tu blog también me ha gustado, así que me quedo.
Encantado de volverte a ver. Yo seguiré comentando la muerte dulce y el jueves aquí. Un abrazo.