Hace unos día anuncié la publicación de mi nueva novela: 1978 los ecos del miedo, que presentaré el 5 de abril en Valencia, pero antes, porque a veces los eventos tienen el capricho de cruzarse, verá la luz una emotiva antología de relatos de la que he formado parte como autor.
domingo, 9 de marzo de 2025
Corazones de barro (relatos de la DANA)
Hace unos día anuncié la publicación de mi nueva novela: 1978 los ecos del miedo, que presentaré el 5 de abril en Valencia, pero antes, porque a veces los eventos tienen el capricho de cruzarse, verá la luz una emotiva antología de relatos de la que he formado parte como autor.
viernes, 28 de febrero de 2025
1978 los ecos del miedo, mi nueva novela
Bueno, pues ya puedo adelantar toda la información de la que va a ser mi tercera novela.
Aunque algo ya se adelantaba en parte de la trama de «El verano de Elisa», ha sido aquí cuando he querido dar un giro completo con respecto a los temas que he ido tratando en mis anteriores libros.
Es esta una novela negra y de suspense ambientada en Valencia en tiempos de la Transición Española, una época cargada de tensión y conflictos sociales, con un inspector de policía tratando de resolver un caso cada vez más complejo y lleno de giros, y en que la personalidad de un travesti llamado Reina y el mundo del cine a través de las vivencias de una actriz, antigua niña prodigio del cine español, están muy presentes
Aquí os muestro la portada y la sinopsis. También la fecha de la presentación.
Seguiré informando.
jueves, 20 de febrero de 2025
Carta a mi yo del futuro
Querido yo del futuro:
No sé si esta carta llegará a ese futuro del que formas
parte. No niego que me gustaría saber
cómo lo lleváis, como me habría gustado conocerlo
hace apenas cinco años, en medio del mayor caos vivido por la humanidad en
siglos, cuándo nos prometimos que toda aquella desgracia sería para bien, que
aprendíamos la lección y que saldríamos mejores. No era verdad. En realidad
nunca lo fue. Solo mentíamos para protegernos, como niños asustados en la
oscuridad.
Hoy sigo teniendo ese mismo desasosiego. ¿Cómo saldremos de esta? ¿Cómo os explicaréis mañana que el mundo de hoy se esté llenando de locos? locos con poder y locos con dinero, y que esos locos son quienes mandan en el planeta, dejando una realidad que solo los locos entienden pero que nos arrastra a todos. ¿Qué pensaréis de nosotros al ver que un acosador condenado y mentiroso sea el emperador del mundo porque le votaron millones, aun conscientes de quién era; qué a otro lo aclaman porque levanta amenazador una motosierra o que los mismos que ayer sufrieron un Holocausto hoy masacran a otro pueblo por el mismo viejo motivo de apropiarse de sus tierras y negocios?
¿Cómo podréis entender esta fascinación de hoy por un
fascismo que, no hace tanto, arrasó de guerras Europa? ¿Qué cuarenta años de
dictadura y represión se quieran vender como un simple intervalo naíf en el
tiempo, al que incluso se echa de menos; qué da igual que miles de personas sigan
olvidadas en fosas comunes, qué 7.291 vidas no tienen valor ni importancia o qué
227 valen menos que la comida en un restaurante?
Querido yo del mañana, hoy el mundo se ha vuelto del revés,
plagado de gurús manipuladores. Conspiranoicos de casi cualquier cosa y
generadores de bulos. Y a la cabeza, Naranjito y su legión de limones agrios; junto
a su ahora mejor amigo el Zar. Negacionistas del Covid, las vacunas, la
violencia de género y todo cuanto suene a igualdad y derechos humanos. Tipos
convencidos de que la Tierra es plana y que no existe un cambio climático que
ya causa tremendas catástrofes naturales que provocan hambre, guerras y
millones de migrantes, a los que también rechazan, con inundaciones, incendios,
y tragedias medioambientales de un planeta que ya parece incapaz de
soportarnos.
Querido yo del futuro, quizá la solución esté en ese meteorito que dicen viene hacia nosotros.¡No sé si al despertar, tú, todavía seguirás estando allí!
martes, 24 de octubre de 2023
24 de Octubre, Día Mundial Contra la Polio y Síndrome Postpolio
Manifiesto Día Mundial Contra la Polio
Hoy es 24 de octubre, Día Mundial Contra
la Polio, una fecha que obliga a poner el foco en la realidad del presente,
pero que no puede ni debe dejar de observar el pasado, basta con mirarnos a un
espejo, agarrar el bastón o sentarse en la silla de ruedas para recordarnos
quienes somos. Es esta una efeméride que cada año con más firmeza es de memoria
y reivindicación.
No se puede olvidar que para la mayoría
de nosotras y nosotros jamás tuvo que ser así, porque lo más crudo de esa
epidemia que nos contagió no solo vino por el azar de la mala suerte, sobre
todo llegó fruto de la negligencia de un régimen autoritario que durante ocho
largos años silenció una vacuna que ya existía y que nos pudo haber salvado.
Fueron ocho años de ocultación y abandono, ocho años en los que miles de niñas
y niños murieron y otros muchos miles más quedamos con permanentes secuelas
paralíticas con las que tuvimos que aprender a vivir el resto de nuestras vidas.
Luego, en los años que siguieron, conforme
íbamos creciendo, la indolencia de aquel gobierno dictatorial, su falta de humanidad,
nos denominó como subnormales, inválidos y otras calificaciones insultantes y
despreciativas, abandonándonos, además, a nuestra suerte, sin apenas recursos y
sin ayudas, condenando a muchos de nosotros, y a nuestras familias, a la
marginación y la indigencia; otros, con más fortuna, tuvimos que duplicar
esfuerzos para alcanzar estudios y/o trabajos que nunca se adaptaban a nuestra
diferente condición física.
Vivimos tiempos convulsos en los que hay
quienes quisieran desterrar la memoria, arrinconarla o negarla, olvidar que
existió, pero nunca una herida se curó echando arena sobre ella, no es sano ni
ayuda a cicatrizarla, y no lo es porque la memoria es parte nuestra como seres
humanos y como sociedad, es, ante todo, el alimento que nos inspira como
personas.
Por eso nos indigna la
ingratitud del hoy, el desaliento que en ocasiones provoca esta democracia tan
ligera a la indiferencia. Somos cuerpos extenuados por tantos muros que hemos
tenido que saltar, fatigados tras décadas cojeando la vida. Ahora, el tiempo
nos ha traído una nueva condena en forma de Efectos Tardíos de la Polio y
Síndrome Postpolio, tanto agotamiento y dolor que nos van apagando en la simple
madurez, secuelas que parecen no tener fin de una enfermedad que siempre fue
mala compañera de viaje.
Pero quizás también este es un buen día
para hacer algo de autocrítica y exigirnos a nosotras y nosotros mismos unión.
Somos valientes, adustos y cabezotas porque fue el escudo que tuvimos que crear
para enfrentarnos al mundo. Tenemos ese gen luchador que hace a las personas
grandes porque nunca regateamos en empeños, pero también hemos generado un punto
impulsivo que, demasiado a menudo, utilizamos para perdernos en discusiones sin
cuento, desuniéndonos y desviándonos de la auténtica causa. Tanto nos hemos
acostumbrado a luchar contra molinos, siempre en soledad, que durante años hemos
descuidado aquello de que «la unión hace la fuerza», dejando que nuestro
aliento se fuera por el canalón del impulso baldío.
Hoy, afortunadamente, esta actitud va
cambiando. Firmando este manifiesto estamos nueve asociaciones de polio y síndrome
postpolio de diferentes partes del país que creemos necesario juntar esfuerzos
con los que dirigirnos a las administraciones.
Apelamos a esta unión, a la fuerza de tantos
que somos, porque necesitamos que se nos haga justicia, que escuchen unas
reivindicaciones necesarias gritadas desde hace demasiados años:
Profesionales médicos preparados, formación
de especialistas que sepan atender nuestra especial problemática, accesibilidad
universal, un censo fiable y real, transportes adaptados, valoración de
incapacidades justas y sin demoras, reconocimiento de pensiones, jubilaciones
anticipadas por discapacidad, etc.
En el último año, lo que era una vieja
reivindicación, que a los supervivientes de la polio se nos considerara
víctimas del franquismo, se ha producido: oficialmente se nos ha reconocido
dentro de la Ley de Memoria Democrática.
Era una deuda que España nos debía y se ha conseguido.
Pero este tan solo es un paso. Ahora,
con el derecho que nos otorga la ley, es momento de seguir alzando la voz
todavía con más ímpetu, exigir nuestros derechos. No podemos tolerar que se nos
siga relegando como ciudadanas y ciudadanos de segunda.
Queremos que cumplan las promesas
reflejadas en la citada Ley de Memoria Democrática, esa que dice que «promoverá
medidas de carácter sanitario y social en favor de las personas afectadas por
la polio, efectos tardíos de la polio y post-polio, que posibiliten su calidad
de vida».
Confiamos en nuestro empuje, nuestra razón
y en que nuestra causa es justa.
Fuimos víctimas del franquismo, hoy ya
no queremos seguir siendo los grandes olvidados de la democracia.
24 de octubre de 2023 – Día Mundial Contra la Polio y el Síndrome Postpolio.
lunes, 17 de julio de 2023
Volver al olvido
Yo siempre he dicho, y he escrito en numerosas ocasiones, que los supervivientes de la polio fuimos víctimas de la negligencia del franquismo y que hoy éramos los grandes olvidados de la democracia. Eso fue así durante muchos años, incluido todo el periodo democrático con los diversos gobiernos de diferente signo político que fueron gestionando el país; hasta que en octubre de 2022 entró en vigor la Ley de Memoria Democrática que incluía la siguiente disposición adicional undécima:
«En reconocimiento del sufrimiento padecido por las personas que fueron afectadas por el poliovirus durante la pandemia que asoló a España a partir de los años cincuenta del siglo XX, el Gobierno promoverá investigaciones y estudios que esclarezcan la verdad de lo acaecido respecto de la expansión de la epidemia durante la dictadura franquista, así como las medidas de carácter sanitario y social en favor de las personas afectadas por la polio, efectos tardíos de la polio y post-polio, que posibiliten su calidad de vida, contando con la participación de las entidades representativas de los afectados sobrevivientes a la polio»
Este era el paso necesario, casi 70 años después un gobierno nos tenía presentes, reconociendo el padecimiento y el dolor que miles de niños y sus familias tuvieron que sufrir durante años; esos niños éramos nosotros, las víctimas de la polio.
La dictadura de Franco nos condenó, negando durante 8 años una vacuna que ya existía desde 1955 (yo me contagié en 1961). Hay pocas cosas más miserables que condenar a tus propios ciudadanos, sobre todo cuando esos ciudadanos son niños, bebés de meses o unos pocos años, de manera consciente a una vida de operaciones, hospitales y discapacidad, cuando no de abandono, precariedad y marginación.
Franco, el franquismo, era así, nunca tuvo compasión por nada ni por nadie.
Muchos dirán que esa ley hace poco más que reconocernos, pero que no asume indemnizaciones económicas por el daño causado. Sinceramente eso siempre me ha parecido una utopía irrealizable. Y no es que no las merezcamos, claro que nos corresponderían si hubiera justicia, pero ya son varias las veces que los tribunales han sentenciado en nuestra contra por estar prescrito. Y sí, estoy de acuerdo, nuestros dolores, las cojeras, muletas y sillas de ruedas, nunca prescribirán.
Pero esta ley al menos habla de síndrome postpolio, de investigación y de buscar caminos que mejoren nuestra calidad de vida. No es un fin, en realidad es el principio. La piedra también está en nuestro tejado. Con unión, apoyados en nuestros grupos y asociaciones, nuestra obligación es exigir que se cumplan esas medidas de carácter sanitario y social que habla el artículo.
De momento ya se ha logrado que esos casi imposibles 15 años con discapacidad reconocida del 45%, que se exigía para la jubilación anticipada, haya bajado a solo 5.
Ahora, el PP y Vox, los partidos de la derecha, anuncian que derogarán la ley si ganan las elecciones. Yo no voy a extenderme en lo inmoral que sería abandonar a los miles de muertos que todavía siguen enterrados en cunetas y fosas comunes por la represión franquista (no sé qué pensarían si fueran sus propios familiares quienes estuvieran allí tirados), la hemeroteca nos dice cuanto se vanagloriaba Rajoy de no haber dado nunca un euro para la recuperación de esos cuerpos, pero sí que me importa, y aquí lo escribo, que derogar esta ley sería un nuevo y mortal golpe a nuestra dignidad como víctimas que fuimos de una poliomielitis que nunca nos debió enfermar.
Por supuesto que cada uno puede elegir la opción política que quiera, pero creo que es muy importante votar también con la conciencia abierta. Nosotros los supervivientes de la polio, fuimos víctimas de aquella dictadura franquista que PP y Vox se niegan a condenar, y ahora quieren derogar esta Ley de Memoria Democrática que nos reconoce. Será como volver otra vez al olvido.
Yo, me niego a que de nuevo seamos borrados de la memoria de la historia.
viernes, 14 de abril de 2023
El sentido de escribir
lunes, 27 de marzo de 2023
Presentación en Madrid de El verano de Elisa
Este pasado sábado 25 de marzo, y dentro de los actos del mes de la mujer, celebramos la presentación en Madrid de «El verano de Elisa» y no puedo estar más satisfecho.
viernes, 10 de marzo de 2023
miércoles, 8 de marzo de 2023
Premio de Relatos Cortos de Auxilia
Me han comunicado que he ganado el tercer premio del VII concurso de relatos cortos de Auxilia.
Era este un concurso sobre Mujer y Discapacidad y se fallaba hoy 8 de marzo, Día de la Mujer.
jueves, 8 de diciembre de 2022
Los jueves relato: En el límite
Tras mucho tiempo sin participar en las citas de los jueves, esta semana me he decidido. Venía bien esta convocatoria, así entiendo que nunca debo olvidarme que soy un juevero.
Aprovecho la propuesta de Mag y os invito a leer mi relato, En el límite, y a visitar la página de nuestra anfitriona, La trastienda del pecado, donde podréis leer más relatos jueveros sobre su interesante propuesta: ¡Se me olvidó!
En
el límite
Se
despertó con el martilleo de la resaca, aturdido y con la lengua pastosa. De su
mano colgaba un revolver. Lo miró confuso. En el suelo, yacían dos cadáveres
acribillados a balazos.
Escuchó
el sonido de una sirena, y enseguida golpes en la puerta.
—¡Abran, policía!
Apenas
podía pensar, tenía la cabeza embotada y vacía. Recordaba haber bebido mucho,
pero jamás olvidaría algo así. Él no podía haber cometido esos asesinatos.
Los
golpes continuaron impacientes y violentos, crispándole los nervios, sin darle tiempo a reaccionar sobre
lo sucedido. Un gran estruendo le sacó de su embotamiento cuando derribaron la puerta.
La
angustia comenzó a oprimirle el estómago, tenía demasiados secretos
inconfesables, esa vida oscura que apenas nadie conocía. Le investigarían, todo
su pasado saldría ahora a la luz y estaría acabado. No podían cogerle vivo.
Temblando,
se metió el cañón en la boca y, con mirada crispada y empapada en lágrimas,
apretó el gatillo.
…
No ocurrió nada, solo el chasquido del percutor golpeando el vacío. Se
arrodilló derrotado, arañándose el pelo, gritando que era inocente.
—¡Corten!
—se escuchó una voz— ¿Que haces Ronald? esta escena no va así.
De
varias habitaciones comenzó a salir gente.
—¡Que
idiota soy! —recordó, mareado y con ganas de vomitar—. No puedo llevar tan al
límite las técnicas del Actors Studio.
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