Luna de miel - Gloria Laso.
Otoño de celuloide
- ¿Y no te da algo de miedo mirar hacia delante?
- Si, si, como a todo el mundo me da un poco de miedo, pero…, es por lo que hay que luchar. Es… la única solución.
- Para quién,¿ para ti o para mí?.
- Para ti, para mí, para los dos…, para todos…
Fiorella Faltoyano y José Sacristán se miraban a los ojos sentados uno frente al otro en la mesa de la cocina, pensativos y distantes tras el diálogo, conscientes de que su tiempo se había terminado.
Luego, el plano se fue abriendo alejándose, mientras suave y lentamente comenzaba a sonar la canción de Gloria Laso:
Nunca sabré como tu alma ha encendido mi noche,
nunca sabré el milagro de amor que ha nacido por ti.
Nunca sabré porque siento tu pulso en mis venas,
nunca sabré en que viento llegó este querer,
mi vida llama a tu vida y busca tus ojos
besa tu suelo, reza en tu cielo late en tu sien…
Un fundido convirtió en negro toda la pantalla y enseguida empezaron a salir enormes letras con un largo mensaje avanzando de abajo a arriba:
‘A nosotros, que supimos, cuando ya no había remedio,
que aquel mundo Imperial en Cinemascope y color DeLuxe
que nos habían prometido en el colegio y en tantos discursos
y sermones no existiría nunca… “
Con añoranza me dejé envolver por el sonido y el mensaje de amor y felicidad de la canción mientras leía por última vez aquellas palabras que iban recordando cuantas cosas íbamos dejando atrás en el transcurrir de la vida. Un pesar frio fue dañándome el pecho.
‘A nosotros, que hemos ido llegando tarde a todo: a la infancia,
a la adolescencia, al sexo, al amor, a la política…”
Poco a poco el mensaje fue terminando, las notas de la canción se fueron apagando y finalmente las luces se encendieron. Miré a mi alrededor, apenas media docena de personas empezaban a levantarse y a salir de la platea de butacas. Lanzando un suspiro miré hacia arriba, al “gallinero”, donde tantas barrabasadas hicimos mis amigos y yo cuando éramos niños aquellos sábados y domingos en los que el cine era el único espectáculo posible.
Cuando salí de la sala, volví a ver al anciano Sr. Pepe, el dueño del cine Avenida y quién se encargaba de la taquilla, el proyector y del pequeño bar, desde que hacía algo más de un año su mujer se marchara a descansar para siempre mientras despachaba un billete, como había hecho en los últimos veintisiete años. Apostado en la puerta iba despidiéndose uno por uno de todos los “amigos espectadores”, como a él le gustaba llamar a sus clientes.
Tenía los ojillos vidriosos cuando, dándole la mano, me despedí de él, le deseé lo mejor, aun cuando sabía que al día siguiente se iba voluntariamente a vivir a un asilo, - ya soy muy mayor para vivir sólo – me dijo.
Emocionado como estaba le pedí, casi como una súplica, que cada día hiciera lo posible por rememorar todas y cada una de aquellas películas que durante tantos años nos había proyectado. Sería una buena compañía. Él y su cine consiguieron que muchos disfrutáramos de sueños e ilusiones e incluso que algunos acabáramos amando el cine con pasión – Reconstruyalás cada día, vívalas de nuevo – mi voz sonaba entrecortada - escenas y recuerdos no le van a faltar.
Él Sr. Pepe, colocó una de sus manos encima de mi hombro y con una apenada sonrisa me dio unos golpecitos, mientras con afabilidad aseguraba que así lo haría. Me instó a que fuera bueno y me confesó cuanto nos iba a echar de menos. Luego me dio las gracias y, lentamente, con aquel caminar lento y pausado que le caracterizaba, se dirigió hacia el interior para apagar por última vez las luces del cine Avenida.
Que buenos ratos pasábamos en estos cines de barrio viendo primero el nodo y después la película o las películas,pues a veces ponian dos.
ResponderEliminarAhora el cine con tantas salas es más impersonal y más frio,antes conocias al Sr José que siempre te saludaba.
La vida ha cambiado yo creo que en muchas cosas a peor.
Me gustó mucho tu entrada.
Un recuerdo nostalgico al cine que llenó nuestras tardes de sueños y fantasias; ese cine que me consta, tanto te gusta...y esas bandas sonoras de nuestra juventud...¡que recuerdos!
ResponderEliminarUn relato cálido como lo eres tú.
Jose Vte, que pases buenas "Fallas" y que los kilos de pólvora explotando no te desconcentre para seguir escibiendo tan bien.
Un beso.
Uff, qué recuerdos. He reconocido la peli y la canción y mira que esta última me desagradaba especialmente, demasiado engolada para mi gusto de entonces. Ahora me hace gracia.
ResponderEliminarEl anciano, no sabría decirte, lo tengo tan cerca que a veces me parece bueno eso de despedirse para descansar. Muy buena narración.
¿Cuantas películas habremos visto? Bs.
Has logrado recrear el emotivo clima que sobreviene después de un adiós, de una despedida. El cierre de tantas salas de cine logra compararse con la tristeza de saberse al final de una etapa definitiva de la vida. ¿cómo no emocionarse con algo así!
ResponderEliminarun abrazo.
Son unos recuerdos estupendos.
ResponderEliminarBicos
Me he emocionado, esa despedida tan sentida, tan llena de recuerdos, tan pedida por dejar los mejores sentimientos para un otro que sin ser familia, se transforma en alguien tan importante, como las películas que guardamos en nosotros, y ante una situación nos puede ayudar.
ResponderEliminarMe gusto mucho.
Un abrazo!
Vaya que recuerdos!!!, esa peli, fue como una especie de empezar a saborear el cine en aquella epoca, sentir que ya era un poquito adulta.
ResponderEliminarLa historia me hizo pensar en @Cine Paradiso@ e imagine que tu eras el ni;o...
La cancion todo un clasico.
me gusta mucho el cine, asi que ya somos dos.
Perdona por la falta de acentos y demas pero es que mi teclado, de vez encuando, se vuelve loco
Buenas noches!!!
Un final triste, pero real que se repitió por el mundo entero y me ha recordado "cinema paradiso"
ResponderEliminarNo sabes cuantos recuerdos me ha traído tu relato.
Salud
Hola Jose Vicente:
ResponderEliminarCon esto del internet, del top manta y demás, los cines de barrio se han vuelto especies en vías de extinción o lugar para furtivos encuentros de toda laya.
Genial relato
Wendy
La mayoría nos hemos ido a Paradiso.
ResponderEliminarLos más mayores nos hemos ido a "gallinero" (aunque a las niñas no nos dejaban ir: si no había dinero para butaca, te quedabas sin cine, que en gallinero pasaban muchas cosas).
Buen relato. Y real.
Qué bien lo has descrito José Vte. En mi pueblo ya no queda ni rastro de cine... ay!!! como me gustaba subir aquellas escaleras y el olor a palomitas que desprendía toda la sala... jeje!
ResponderEliminarUn beso,
Una vez más, me has emocionado con tus letras, por lo auténticas, por lo sentidas, por lo vividas... Tus textos han tenido profundidad desde el primero, tú no sabrías escribir de otra manera, pero ahora, además, están adquiriendo estilo, oficio. Cada vez resulta más grato leerte, y siempre emotivo.
ResponderEliminar¡Ay!, cuántas vivencias nos aportó el cine, desde el gallinero hasta las butacas.
Un abrao, amigo José Vicente, y hasta pronto.
Siempre nos quedan asignaturas pendientes en la vida, no es como el cine; titulares, trama, the end.
ResponderEliminarNos dura muchas pelis la vida, en la vida hemos salido en films como protas siguiendo argumentos dictados con los años, cada cual los representa a su manera, sin focos, sin maquillaje, a pelo e improvisando la vida.
Cerró el Delícias de Barcelona hace muchos años, Delicias cine, en todas partes, en sus salas hemos soñado y hemos penetrado el universo.
Amigo, te felicito por este guión tan bien inventado. Besitos.
Que casualidad, José Vte. el disco de Gloria Laso, lo tengo junto a otro mogollón de vinilos de aquellos que pesaban una barbaridad.
ResponderEliminarPues sí, el cine ha formado parte de nuestra historia.
Yo recuerdo el cine que nos proyectaban en el colegio interno donde estudié- en San Sebastian-, lo hacían el domingo por la tarde y la monja encargada cada vez que salía la escena de un beso ponía la mano para que no lo viéramos, después con el tiempo frecuente el cine de verano que había al lado de mi casa -en Madrid- allí llevábamos la cena, era sesión doble y entre peli y peli nos daba tiempo a cenar, mi madre nos metía gaseosa Revoltosa, me tragué todas las de Marisol, Joselito, Rocío Durcal, Pili y Mili..., y las históricas "Los Vikingos", "La Túnica Sagrada", "BEN-HUR",Cleopatra"....
Muy emotiva tu entrada, como tu eres.
Besos
Todo cambian y atras quedan los recuerdos de vivencias y escenas similares era todo como mas familiar y cercano... Yo también recuerdo cines que ya no están. Los nuevos tiempos que lo asolan todo...
ResponderEliminarMe encantó el relato
Besos
Queria decirte que me encanta la canción que has puesto para esta semana. Cortante y fria, una película execelente. Mother,(The Wall), como puede levantarse un muro tan potente en el corazón de un niño y que afecte tanto a sus emociones, a su ser en particular. He visto esta película tres veces y todavía hay cosas que no acabo de entender y aún ahora encuentro en ella escenas nuevas, con nuevos mensajes. Qué suerte que aquel día fui al cine!!! jajaja
ResponderEliminarLa última función, que pena. Ojalá las escenas y los personajes de tantas y tantas películas acompañen a Pepe de ahora en mas. Creo que el consejo del "amigo espectador" fué acertado.
ResponderEliminarDa tristeza cuando cierra una de estas viejas salas, la de historias parecidas a esta que habrá detrás de cada cine!
un abrazo
Cuantas tardes de comer pipas, quicos, beber gaseoas, viendo las sesiones inacabables de los cines de barrio, la de vaqueros, la de romanos, y esta que no se entiende muy bien pero luego resultaba que era un peliculón, que con el paso del tiempo se convertia casi en un obra de arte, asi eran las sesiones continuas de estos cines, con su olor inconfundible a mobiliario rancio, a retretes no muy limpios la mayoria de veces, pero allí nos pasamos nuestras mejores horas de la adoslescencia, viendo desenfundar a James Stewart, viajando por las enormes praderas al lado de los 7 magnificos, estremecerse con las pelis de Drácula, o las del hombre lobo nacional encarnado por Paul Naschy, en fin un montón de recuerdos, que se quedaran para siempre en nuestra memoria...
ResponderEliminarsaludos
Qué buena charla con el Sr. Pepe, lograste recrearlo y la emoción sentida al despedirte. Que si no es real, lograste meterte en el personaje para que lo pareciera.
ResponderEliminarPrecioso relato! Las cosas que están desapareciendo y que nos tocó disfrutar tanto. Me gustó mucho la inclusión del diálogo de la película y la canción. Vas con fuerza ¡GT!!
Un beso.
Triste pero real como la vida misma. Esos cines de nuestra adolescencia no volverán, en su puesto los multicines y los centros comerciales; porque ahora no nos conformamos sólo con ir al cine; ahora vamos a cenar, a tomar algo, en fin todo a cambiado y sólo nos quedan los recuerdos de esa época.
ResponderEliminarUn abrazo
joderse, josé vicente, este texto e sbueno, para mí buenísimo...aúna formas diferentes de expresión...desde la canción, desde la descripción de las escenas, hasta la descripción de lo que el personaje que ve la peli piensa...
ResponderEliminarformalmente es cojonudo...en cuanto a al fondo..maldita sea, no me esperaba ese giro tan...bue, digamos que chulo y perfecto...ese giro melancólico...sí, ese es el adjetivo...
si hay algo que me ha llamado tambien la atencion es el hecho de la peli escogida: asignaura pendiente...bella peli, triste peli...bela y triste como la historia del dueño del cine...
en fin, que me ha encantado...
ah, destacar ese colofón final en el que dices que la música es de la laso y la peli es de garci y...no ecuerdo lo otro...y es que es un final de texto imitador de un final de peli, con los créditos puestos...
medio beso...
p.d.
cuando escribo así, a lo rápido , no miro lo que me sale en la pantalla...y si escribo así es por que las ideas las tengo claras y...ah, que no repaso las faltas...
Al leer los relatos de este jueves veo que en la mayoría de ellos se evocan los recuerdos que el cine trae sobre la infancia y la juventud. Me ha dado penilla del pobre Pepe y su despedida de un lugar tan querido para él. Las luces se apagaron, pero las películas perduran. Un beso.
ResponderEliminarExtraordinaria historia evocando en tus recuerdos ese cine Avenida. Etapas que caminan hacia su irremediable final, como la de esos cines de barrio, como el cine Avenida, como la de su propietario que contempla con auténtica pena, con el elegante gesto de despedirse uno por uno de los asiduos, como se escapa una importantísima parte de su vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buenas noches José Vicente.
ResponderEliminarHas hecho un Post estupendo.
Me acuerdo los primeros años de vivir a Valencia, nos íbamos mi marido, mis dos hijos mayores (que entonces eran pequeños) al Aliatar o al Savoy y proyectaban tres pelis.
Era hacía el año 1976 y me encantaba.
Recuerdo que el acomodador nos acompañaba con una linterna.
Ahora a veces en los cines de estreno que proyectan según que pelis, con el sonido demasiado fuerte y los efectos especiales, casi que hay que ponerse tapones en los oídos para que no duela la cabeza.
Un abrazo, Montserrat
Tu tambien arrastrando la nostalgia y relatando el final de una pelicula "basada en hechos reales", la de Pepe, al que inevitablemente se le acaba el guion... merece un largo aplauso.
ResponderEliminarUn beso
que bueno, un cine de barrio...que lamentablemente llega a su fin... pero deja recuerdos en las personas y eso significa que era excelentemente bueno! un abrazo amigo... sos mi último en los jueves... cada vez somos más y me tardo en leerlos a todos... pero da placer también terminar de leerlos... me quedo conforme con todos! un abrazo! hasta el próximo! :D
ResponderEliminarPues si querido Jose, era " Asignatura Pendiente" de Garci y corría el año 1978, que tiempos aquellos.
ResponderEliminarCuanto descubrimos.
Me gusta tu relato vivido.
Besos cinefilos
Veo en tu relato y he leído en algún otro de la convocatoria esepesar por las salas de "toda la vida" que se han ido perdiendo. En tu caso, personalizar la sala y todo su encanto en ese Sr. Pepe, amable anfitrión humaniza (aún más) esa vieja sala que perdemos.
ResponderEliminarUn abrazo Jose Vte.
Esta historia del Sr. Pepe está tan bien escrita, que aunque sea parte de tu ingeniosa invención (que tienes para ésto y más...) resulta tan real y creible, que se percibe aún más entrañable y próxima. Es la despedida de una persona que ha pasado toda su vida trabajando, en un lugar tan mágico y fantástico como es proyectando películas, es como vivir en una proyección permanentemente.
ResponderEliminarMe gustó mucho José Vicente.
un fuerte abrazo amigo.
:))
siii y es que así es la vida nada es eterno y todo cambia o desaparece mientras van pasando los años... pero... nunca los recuerdos
ResponderEliminarPues te ha quedado un entrada de cine, la cual has dirigido como un buen director ;) esto de escribir se te da bien, ¿no te lo había dicho?
ResponderEliminarUn abrazo de cine :)
Recuerdo esa película y me ha venido a la mente el cine donde la vi y con quien la vi. es mas, en mis pensamientos he revivido mas de una vez mi asignatura pendiente, aún tengo algunas cuantas que espero aprobar...jajaj
ResponderEliminarbesos
...traigo
ResponderEliminarecos
de
la
tarde
callada
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
JOSE
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE TITANIC SIÉNTEME DE CRIADAS Y SEÑORAS, FLOR DE PASCUA ENEMIGOS PUBLICOS HÁLITO DESAYUNO CON DIAMANTES TIFÓN PULP FICTION, ESTALLIDO MAMMA MIA, TOQUE DE CANELA, STAR WARS,
José
Ramón...
Un relato Jose Vivente que me ha gustado mucho desde la elección de la película, por aquello de las asignaturas pendientes hasta esos tiernos giros que le has ido dando.
ResponderEliminarNos has dejado ver la vida del dueño del cine y un poquito la de ese joven que desde niño aprendio a amar el cine.La música acompañando.
Un abrazo.
Hola J.Vicente: Solo quedaba yo por decir la última palabra. jajaja!!
ResponderEliminarTe diré, querido amigo, que no concibo mi juventud, sin el cine. Fué parte de nuestros sueños juveniles, fue el pan la carne i el postre de cada domingo. NO me puedo imaginar, aquellos últimos años de postguerra, sin el Nodo que aborreciámos todos, pero que era el primer toque de atención para esperar con deleite la película en tecnicolor americana, que era la segunda de la tarde, y la única que se podia medio ver. La primera era una decíamos entonces "españolada".
que solo hacia reir a los mas pequeños.
Muy bonita entrada y mejor descrita cada dia. coincido con Mercedes Pinto
en su apreciación literaria. Besos.
Hola, me uno aquí con tus ya seguidores a este pedazo blog y te felicito por todos los premios que he visto que has ganado en la columna de la derecha hecha impresiones por cada poro por la colaboración que mantienes en "Crónicas de la muerte dulce".
ResponderEliminarTe sigo. Me gustaría que hicieras lo mismo en el mio.
Cuánta nostalgia nos da recordar esas épocas en las que ir al cine era un ritual, y conocíamos a los que trabajan allí, todo era tan familiar.
ResponderEliminarTu relato me transporta a tiempos añorados, todo cambia, pero lo importante es que nuestra esencia no lo haga.
Un abrazo.
Hola José Vte!!
ResponderEliminarMaravilloso recuerdo de una gran película, y un sentido homenaje a aquellos cines de barrio donde sus dueños eran a la vez trabajadores en tan noble labor como lo es el difundir cualquier forma de arte...
Gracias por pasar por el blog del canal y dejar tu huella allí...
Un abrazo!
RoB
Un cine que se cierra deja una mueca dolorosa en el alma de una comunidad. Es una lástima que las generaciones venideras se pierdan esta experiencia. Conmovedora historia José Vte, duele! pero que se le va a hacer!
ResponderEliminarTe dejo un fuerte abrazo
Un simple homenaje de mi parte: una lágrima que cae, un poco de melancolía en una tarde a pleno sol, mientras leo tu relato.
ResponderEliminarbesos!
Pues yo también soy de las que llego tarde a todo, fuera de época o de edad... o, a veces, demasiado pronto. Debe ser por eso que ando siempre como sardina fuera de la piscina...
ResponderEliminarFallas??? Ni me hables, menudo sábado en Valencia!
Un besito.