Hace uno dias publiqué una entrada que con el título “Todos somos válidos”, hacía una reseña sobre la mala utilización del lenguaje con respecto a las personas con discapacidad, y lo finalizaba con unos mensajes en forma de entrañables videos creados por un par de cajas de ahorro, donde se promociona, con un emotivo mensaje, su integración social y laboral, ahora, y aprovechando el eco que ha dejado la huelga general, quiero ampliar esta idea, denunciando la realidad, por lo menos la que yo conozco, de los discapacitados y su integración laboral, prometí continuarlo. y aquí está...
Como todo en esta vida, la relación de una persona con discapacidad con el mundo laboral dependerá, y mucho, del grado de afectación, y de si ésta, en caso de no ser excesivamente grave, le permite encaminar su educación hacia un futuro laboral acorde a sus limitaciones. Yo conozco muchas personas, que han conseguido, gracias generalmente a las carreras universitarias que han cursado, disfrutar de una situación laboral normal, incluso elevada, ha sido debido a que esos estudios siempre estaban condicionados a la discapacidad que padecían, ya que siempre han convivido con ella y han sabido o han podido adaptarse.
Conozco otros muchos casos, probablemente más, que por las circunstancias personales, familiares ó económicas de cada uno, no han podido hacerlo, éstas personas, generalmente acaban trabajando en organizaciones como la O.N.C.E. o en centros preparados especialmente para personas con discapacidad.
Existen los sitios conocidos como Centros Ocupacionales, cuando la discapacidad es grave y/o muy limitadora, y que están completamente subvencionados por la Administración o por algún tipo de Fundación, estos centros suelen ser de terapia educacional, y no solamente no cobran sueldo alguno, si no que en muchos de ellos se paga por entrar en esos talleres.
También existen los Centros Especiales de Empleo, que funcionan como una empresa convencional, pero que están fuertemente subvencionadas por cada contratación que realizan, con ayudas directas por tipo de contrato y duración y con grandes descuentos en el pago de la Seguridad Social, en estos centros suelen realizar trabajos subcontratados por otras empresas, que al final es de lo que se mantienen, también los hay que fabrican sus propios productos o generan su propio negocio, pero son las menos; en estos centros especiales ya disfrutan de Seguridad Social, vacaciones y un sueldo que generalmente no va mucho mas allá del salario mínimo, aunque, por supuesto, hay excepciones, ya que es y se comportan como una empresa corriente, con la diferencia de que en estos lugares, una vez acabado el dinero de la ayuda por el trabajador discapacitado, se finiquita y se contrata a otro nuevo, éstos prácticamente se pagan su propio contrato con la subvención.
Justo es decir que también hay Centros Especiales de Empleo en los que la política es la de hacer fijos al personal que contrata, alguna de estas yo la he conocido bien.
Esto que a simple vista podría parecer el no va mas de la integración laboral, obviamente no lo es, en primer lugar, cuando las empresas tienen problemas, como ocurre en la actualidad, lo primero que cortan es el grifo que suministra el trabajo derivado, por lo que estos centros especiales rápidamente se ven con problemas muy serios, para poder mantener la estabilidad laboral; conozco uno que se dedica a subcontratar vigilantes y conserjes, además de personal de limpieza a otras empresas, organismos públicos, porterías de edificios, etc. que apenas renuevan y tampoco contratan nuevos (son contratos de un año), otros se mantienen a duras penas, con salarios atrasados y al punto del cierre, como tantas empresas hoy en día.
En segundo lugar está el riesgo de construir guetos laborales, y esto es quizás lo más grave, por que esta situación se está haciendo cada vez más endémica y normalizada, cada vez menos empresas llamémoslas normales, contratan a personas con discapacidad, y mucho menos en estos tiempos de dificultad económica, probablemente no se fían “de lo que se pueden encontrar” y prefieren, en la mayoría de los casos renunciar a las ayudas,”por si acaso e ir a lo seguro” , al final el único remedio que le queda al discapacitado es buscar el trabajo en estos centros especiales o en la Once, que no tengo ni que decirlo, no tiene nada de malo como trabajo honrado que es, pero si que conlleva el riesgo de exclusión social y laboral, de gueto reductivo, porque ¿veríamos bien que se crearan empresas solo para negros, o para gitanos?, o yendo mas allá, ¿sería aceptable socialmente crear empresas exclusivamente para mujeres, simplemente por el hecho de serlo? .
No nos engañemos, a pesar de las buenas intenciones que esos videos que comentaba antes reflejan, esa no es ni mucho menos la realidad, las empresas no contratan a personas con discapacidad, o lo hacen muy poco, normalmente no tienen esa solidaridad, dicen que no son ONG, solo les contratan si ven que les pueden sacar un beneficio económico mediante ayudas (y últimamente ni eso), cosa que me parece muy bien, pero ¿no hay cientos de trabajos que pueden realizar personas con discapacidad en un entorno laboral normalizado, junto a personas sin problemas físicos o psíquicos? ¿no debería de existir algun tipo de discriminación positiva, como ya existen en otras facetas sociales como por ejemplo la protección de las mujeres?, ¿no debería de haber una norma que obligara a contratar a estas personas en grandes empresas, digamos a partir de 50 empleados?, eso si que sería integración laboral y social de verdad, ¿no?, pués bien, esa norma ya existe, artículo 38.1 de la ley 13/1982 de 7 de abril de la LISMI,(Ley de Integración Social del Minusválido), pero raramente se cumple, de hecho han ido saliendo disposiciones como la del Real Decreto 27/2000 del 14 de Enero, ó la del 364/2005 del 8 de Abril, que regulan, pero generalmente buscando la excepcionalidad de las empresas para liberarse de esa obligación, es decir legalizar las excusas para escaquearse de cumplir la norma.
Yo puedo asegurar que el trabajador con discapacidad suele ser serio, trabajador y responsable, entre otras cosas porque es consciente de las enormes dificultades que tiene para integrarse en el entorno laboral.
Porque al final de lo que se trata es de buscar la estabilidad física, emocional, laboral y social de las personas, de todas las personas, sin distinción de ningún tipo, como bien dice nuestra Constitución, y eso está muy lejos de ser realidad.
Esta entrada me ha salido muy larga, por lo que lo dejo de momento aquí, en dos o tres días publicaré la continuación de esta realidad invisible.
Me parece muy triste la realidad que existe entre los discapacitados/as. Sabía de esta ley, pero desconocía sus resultados. Dime José Vte, ¿dentro de las oposiciones que se ofertan no existe un porcentaje para los discapacitados? Lo mismo la respuesta está en tu segunda parte, si es así, me contestas después.
ResponderEliminarNo me ha parecido largo, al contrario, descubres una realidad que nosotros/as gente 'normal' se nos pasa desapercibida.
Un abrazo.
Encarni, si que existe una ley por la cual las administraciones tienen la obligación de reservar un 5% de las plazas para personas con discapacidad reconocida, no en todas las convocatorias, solo en las que preveen que es compatible el trabajo ofertado con los baremos de discapacidad, y generalmente es a partir de 10 plazas ofertadas que se reserva una.
ResponderEliminarLa realidad es la que es, yo mas que triste la calificaría como dura y dificil y generalmente injusta.
Un abrazo
Me has sorprendido. Yo no sé ni la mitad que tú de todo esto. Sí que pienso que se ha avanzado mucho y que es importante que se mantengan las ventajas. En definitiva, la integración y la solidaridad es tarea de todos. Respecto a lo de la discriminación positiva que dices, en la función pública existe. Efectivamente, debería existir en toda tarea. Por tanto, queda mucho por hacer.
ResponderEliminarHas elaborado esta entrada con detalles desde el conocimiento de la situación...y veo que la realidad dista de lo que tuviera que ser...En algún sector si se ha tenido en cuenta a la hora de contratar( en mi CAP) y los discapacitados se han integrado bien...pero claro, conocer la trastienda de las cosas es tener más datos y es cuando poder hablar como lo haces tú.
ResponderEliminarLa crisis y los reajustes, al parecer tienen su diana en los más desprotegidos.
Eastriver, solo con que se cumpliera la LISMI la cuestión laboral de las personas con discapacidad que están en edad y con capacidad para trabajar, sería casi una anécdota, el problema es que no se cumple, y por supuesto ahora con la crisis, puedes imaginarte que mucho menos.
ResponderEliminarEl problema es que los discapacitados nos quejamos poco, ahí tienes por ejemplo la ley de dependencia, que en aquellos lugares donde paracticamente ni se aplica como en Madrid o aquí en Valencia, casi no llega ni a problema para estos gobiernos, pero tampoco llega a los foros de debate, así es que la cuestión laboral ya es de risa, generalmente se piensa que la Once lo tiene todo controlado.
Yo en lo poco que pueda quiero aportar mi granito de arena con una reivindicación que creo justa
Anna, es que en la Administración Pública si que se cumple, mas o menos, por ese 5% de reserva para las oposiciones, (aunque yo he trabajado 20 años en la sanidad privada y no tengo ningun punto, pero esa es otra historia).
ResponderEliminarEfectivamente se están promocionando los Centros Especiales de Empleo (tampoco hay para todos) y los Centros Ocupacionales, además de favoreciendo las ayudas a las familias, y está la Ley de la Dependencia, (mas o menos).
Yo, y a lo mejor hago mal, quiero ir un poco mas allá, yo abogo por la integración plena en un entorno laboral normalizado, evitar los guetos que suponen esos centros, conjugar ambos campos laborales, porque hay mucha gente que tiene capacidad para dar mucho de si, pero no se encuentra mas que muros delante.
Por ahí va a ir la continuación de esta entrada.
Un abrazo
SERIA BUENO que empecemos a detallar, dependiendo del tipo de discapacidad, los tipos de oficios que pueden realizar con comodidad. Sería el principio de concientizar a la población contratante y a los propios discapacitados sobre que especialidad prepararse mejor.
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