Un cosquilleo recorría mi cuerpo
erizando todos los poros de mi piel cuando te pedí aquel baile. Tú, sonreías con alegre picardía ante el
atolondrado balbuceo de mis palabras. Pero dijiste sí.
Y bailamos.
Fueron tres minutos, el tiempo que dura una melódica
canción. Tres minutos mágicos en los que nuestros pies
danzaban sobre el borde de un minúsculo azulejo; tú te dejabas llevar con la
cabeza posada en mi hombro, yo, con los ojos cerrados y el corazón rutilante,
degustaba aquellos segundos hechizados.
De pronto, el tiempo pareció detenerse. Seguían sonando canciones, pero el espacio se fue transformando. Los cimbreantes
movimientos cesaron y me encontré caminando de tu mano por una vereda salpicada
de piedras y flores de azahar, marchábamos en dirección a una colina lejana y
desconocida. Pronto eras tú quien sujetaba mi brazo cuando el caminar se hizo
pesado; tú eras mi sostén y mi lazarillo, mi confianza y mi guía, mi ilusión y…
mi amor.
La música sigue sonando.
Hoy, con la perspectiva que da el propio tiempo,
se que la vida ha sido justa conmigo; nos une un hogar, dos vidas y un sosegado
presente; atrás quedó el arduo pero cálido pasado; ahora únicamente aspiro a vivir un sencillo
futuro... a tu lado.
El baile, aún no ha terminado.
Qué guapos. Y que la melodía siga soñando igual de bien otros treinta y más.
ResponderEliminarAndo liadísima, por eso no tenéis noticias mías.
Con retraso: No sabes cuanto me alegran los éxitos que cosecha tu obra, te los mereces con creces.
Que bellos sentimientos....y tienes razon..la vida ha sido justa y buena..es tan dificil hoy en día que las jovenes parejas puedan tener la fuerza y el suficiente amor para sobrellevar esos escollos de un matrimonio...solamente los que pueden sortear todos esos momentos es que llegan a la paz que da un matrimonio bien vivido..besossss
ResponderEliminarNo; no ha terminado seguro! Para mí el suspiro dura mas de cincuenta años,y sigue parceciéndonos un suspiro. Os deseo lo mismo amigo. Los años van modificando nuestros cuerpos y minando poco a poco nuestra salud y nuestra agilidad; pero nuestro semblante se ilumina cuando cada mañana despertamos uno junto al otro. Felicidades!!!
ResponderEliminarPor las miradas y sonrisa no ha pasado el tiempo...
ResponderEliminar¡Felicitaciones!
Salud y abrazo
Gracias, muchas gracias, amigos, por vuestras felicitaciones y vuestras palabras.
ResponderEliminar¡¡¡Que rápido pasan treinta años!!! muchos ya lo sabéis, incluso habéis sobrepasado esa cifra, como comenta Montserrat.
La vida se compone de momentos duros, incluso a veces dramáticos; otros alegres, donde todo aparece rodado y lleno de colores; incluso los hay emotivos, de esos inolvidables que llegan al corazón, como cuando vemos nacer a nuestros hijos. Estos treinta años están cargados de todos estos instantes. Sin duda que como los de cualquier persona.
Un abrazo enorme a todos.
¡Están hermosos en las dos fotos! les deseo que ese baile juntos sea infinito, siendo más felices cada nuevo instante.
ResponderEliminarFuerte abrazo para los dos, con todo mi cariño!!
Gracias Sara, la música seguirá sonando, y los pies moviéndose a su compás, espero que durante mucho tiempo. Al menos todo lo que estos pies mío lo permitan, jaja.
EliminarUn beso, amiga, y todo mi cariño también para vosotras.
Muchísimas felicidades a ambos! Por treinta años más de amor, comprensión y felicidad.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Gracias Sindel. Verdaderamente han sido buenos años.
EliminarUn fuerte abrazo.
Muy bonito y además muy acorde con la sensación que me produjisteis en Córdoba el día que os conocí.
ResponderEliminarQue el baile continúe.
Abrazos a los dos.
Sí Juan Carlos, ella también se llevó un buen recuerdo vuestro, yo, que todavía he coincidido más veces con vosotros imaginate.
EliminarQue la música siga sonando.
Un abrazo y muchas gracias.