domingo, 7 de septiembre de 2014

Así empieza "Sueños de escayola"

Acompañando a la entrada que he realizado en su página de Facebook, quiero compartir también por mi blog entrañable el extracto con el que comienza la novela "Sueños de escayola".
Pero sobre todo quiero que me sirva de excusa para agradecer de corazón a todos por la extraordinaria expectativa que ha generado el anuncio de su publicación. Ni en sueños lo hubiera imaginado. Especialmente a los colectivos y personas afectadas en su día por la poliomielitis. Todos se han mostrado interesadísimos en la novela, y esto demuestra claramente la desolación de reportajes, publicaciones, relatos, artículos, información, el silencio cómplice, en suma, que parece haber en torno a un problema que parece que ya es de otro tiempo, pero que las secuelas tardías de la polio, y entre ellas el Síndrome Post-Polio han demostrado que todavía forma parte de una dura realidad. Nosotros somos esa realidad.

Han pasado muchos años, pero la inevitable bruma que produce el paso del tiempo sobre los recuerdos no ha impedido que permanezca nítido y fresco en mi memoria aquel instante en el que, cogido de la mano de sor Manuela, entré por primera vez en aquella habitación, repleta de estrechas y blancas camas de hierro dispuestas en dos grandes filas a ambos lados del inacabable dormitorio. Algunas estaban ocupadas por niños sentados o echados sobre ellas que jugaban solos o en pequeños grupos; de otras apenas si se llegaban a distinguir algunas cabecitas que discretamente luchaban por sobresalir entre las rígidas y tensionadas sábanas que los mantenían firmemente sujetos. Muchas, por el contrario, estaban vacías. Sus ocupantes eran la cantidad de muchachos que correteaban pesadamente de un lado a otro entre golpeteos de muletas y rechinar de hierros que, produciendo un gran eco, resonaban por toda la sala. Alguno de aquellos niños aún eran criaturas de apenas tres o cuatro años, otros sobrepasaban mis diez años de edad.

Sor Manuela se paró en la puerta sin soltarme de la mano y, durante unos segundos dejó que mirase cuanto ocurría en el interior de la habitación. Luego se agachó y, con un tono que mezclaba a partes iguales comprensión y firmeza, me habló, confirmando lo que yo hacía rato que ya intuía:

̶ Esta va a ser tu casa a partir de hoy. Anda, ve a saludar y a presentarte a tus nuevos compañeros.

Hasta pronto.

3 comentarios:

  1. Va a ser muy bien acogido, me alegro muchísimo de que estés recibiendo tan buena respuesta a tu gran esfuerzo, como dices que ya está sucediendo, más allá de tus expectativas.
    Segunda felicitación con otro abrazo y buenos deseos para ese nuevo hijo de letras. Me siento contagiada de tu entusiasmo.
    Mi admiración para ti.

    ResponderEliminar
  2. Está siendo recibida como se merece, ya tengo ganas de verla en Amazon!!
    Un beso enorme, valenciano!!

    ResponderEliminar
  3. Hola José Vte., la verdad es que tengo muchas ganas de adentrarme en esta dura historia real. Gracias a tu esfuerzo a lo que llaman la memoria histórica no se perderá entre brumas. Yo creo que es una oportunidad conocer el problema de la polio desde otra perspectiva de lo poco que se ha querido mostrar. Ya sabes que despues de tanto esfuerzo, tesón y mucho trabajo, encontrarás tu gran recompensa: dar a conocer al lector, un pedazo de una realidad desconocida para muchos.
    Un abrazo y enhorabuena!

    ResponderEliminar