Tengo que reconocer que no me gustan mucho las procesiones, en realidad no me gusta, ni me ha gustado nunca, la Semana Santa en general.
Admiro positivamente la fe y el fervor que profesa la gente por una idea, o como en este caso por una religión, pero creo que es muy facil traspasar la delgada linea que separa en muchos momentos la fe del histerismo, sobre todo cuando éste es colectivo...
Probablemente gran parte de la aversión que me pueda producir, se deban a aquellas Semanas Santas que viví en mi niñez, y que poco tienen que ver con las que se viven hoy.
En aquellos lejanos años 60, pocos eran los que aprovechaban estos dias festivos (jueves y viernes santo) para viajar o irse de vacaciones a la playa o al extranjero, como mucho, los emigrantes del interior de las ciudades, volvían a sus pueblos, para asistir, fervorosamente, a los oficios religiosos propios de esos dias, y sacar en procesion a sus cristos crucificados y a sus vírgenes dolorosas.
En aquellos años del tardofranquismo, durante esos dias tu barrio se paralizaba, de repente todo estaba cerrado, las tiendas, los bares, los cines, los recreativos, y estaba absolutamente prohibido cantar, poner música y mucho menos bailar, estaba mal visto incluso bajar a la calle a jugar, si eras niño.
La radio solo ponía musica clasica y misas radiadas, a lo mas, el parte de las 2 de la tarde de Radio Nacional de España, con el que todas las emisoras del país estaban obligadas a conectar para dar las noticias.
La televisión, la única que había, y en blanco y negro, también se limitaba a la música clasica ( yo creo que hasta que no empezaron a televisar el concierto de año nuevo, casi todos los españoles, y durante mucho tiempo, hemos odiado un poco la música clásica, hasta que nos convencimos que no tenía nada que ver con los asuntos supuestamente serios y restrictivos con que la querían asociar, si no que era belleza en forma de melodía).
De repente, y durante dos dias te retiraban todos los programas, las series de televisión y las películas, ni siquiera las de romanos, ya al final de esos años 60, se empezó a abrir la mano y empezaron a emitir, los Jueves Santo, "Nuestra Señora de Fátima", Rey de Reyes" o "Quo Vadis", el resto del tiempo, y sobre todo los Viernes Santo, la nada absoluta, lo mas divertido era la procesión del Papa Pablo VI por las calles del Vaticano, en riguroso y blanco y negro directo, con sus debidas interferencias y cortes de emisión. "Rogamos disculpen esta interrupción, estén atentos a sus pantallas".
Eran los dos dias mas absolutamente aburridos del mundo, no había nada que hacer, salvo irte de procesión o asistir a una representación de la Pasión y Muerte de Jesucristo realizada por actores amateur del barrio o del pueblo.
En este punto tengo que decir, que siempre me ha sorprendido que siendo tan grande y rico el teatro clásico, y contemporaneo español, todos los actores amateur dediquen gran parte de su tiempo y su talento a representar una única obra al año, y esto era ayer, pero también es hoy, incluso mas y con mas difusión, digo yo que se podrían aprovechar esos talentos para hacer teatros de barrio al aire libre o en locales públicos, sería una buena forma de fomentar la cultura teatral.
Cuando llegabas a la procesión, te encontrabas con cientos de personas en el mas completo silencio, roto, solamente, por el marcial repicar de los tambores y el estridente toque de las cornetas, que marcaban el paso que habían de seguir las mujeres de riguroso luto y velo negro, que portaban en la mano derecha un cirio y en la izquierda un misal o una pequeña biblia, y los hombres con la cinta negra en el brazo, en señal de luto, y portando, asimismo un cirio..
También marcaban el paso a las tenebrosas figuras con hábito, generalmente negro, morado o blanco, y un enorme gorro en forma de capirote que les cubría completamente la cabeza, dejando solo dos agujeros para los ojos. En la mano derecha, enguantada, portaban, también un cirio o un cayado con forma de bastón de mando y representativo de su Hermandad.
Por último cerraban la comitiva y precediendo al "Paso", los monaguillos, en ocasiones con sus incensarios, balanceándolos de un lado a otro y el cura, que biblia en mano iba recitando oraciones, o mirando al frente, en actitud solemnemente severa.
(En ocasiones tengo pesadillas) - leer en susurros -
Hoy en dia puedes, disfrutando de tus vacaciones de Semana Santa, ir a la playa por la mañana, o de botellines con los amigos del pueblo, y darte un paseo por la plaza a contemplar la procesión o la representación sacra, y al terminar ir a cenar al chino, al Burguer King o a tu restaurante favorito, pero durante muchos años, esto era lo único que había durante dos interminables dias.
Por recuerdos como estos, y por las muchas y sobrecogedoras imágenes que con el tiempo pude ver de las distintas celebraciones de Semana Santa que se hacen por esos mundos de Dios, me reitero en la afirmación de que no me gusta la Semana Santa.
Por fortuna después de ésta llegaba la Pascua, llena de color, con sus monas, sus chocolatinas, sus zapatillas nuevas, sus cuerdas para saltar a la comba, sus balones para el partido con los amigos, y por las pascueras, que con un poco de suerte conseguías..., pero esta ya es otra historia.
No me gustan las procesiones, pero me gustan las Saetas, no me gustan los Cristos crucificados, pero me gustan el Cristo de Dalí y el Cristo de Palacagüina
Perfecta cronica detallada y amplia...
ResponderEliminarme has transportado a mi época de niñez, en el año 60 tenía 8 años, tal vez tenga estos recuerdos, siendo algo mayor...pero tal como lo has descrito.
Por lo general no me gustan demasiado las aglomeraciones...ni los fanatismos e histerismos de ningún tipo,menos el religioso.
Todo y habiendo ido a un colegio de monjas...quedé saturada de procesiones por los jardines del colegio, con uniforme de gala, entoces era blanco(porque el de diario era azul marino)con velo largo, cantando casi siempre a Maria, la virgen...etc,etc...
Detodas formas te deseo una feliz Semana Santa
Con mas o menos acierto en mi narración, pero la Semana Santa por aquellos años era así, estaba todo prohibido y cerrado, y si eras un niño, era frustante, si te ponías a jugar en la calle, siempre se te acercaba la típica beata y te decía:
ResponderEliminar¡Niños, que se ha mmuerto el Señor, tened un poco de respeto!
Feliz Semana Santa y felices pascuas a ti también.
Un saludo
Hablando de procesiones, semanas santas y demás actos religiosos-festivos, yo estas cosas ya me las tomo como un acto lúdico donde la gente va mas o menos a divertirse, me estoy refiriendo a los turistas que van a cualquier pueblo de esta España que en estos dias, se viste de morado, negro, rojo, verde que colores de capuchinos hay para todos los gustos, y se ponen hasta el culo de torrijas, resoli, buen vino, mejor yantar y cosas más terrenales, lo de las procesiones, pues como las fallas, los sanfermines o los carnavales, lo importante es estar agrupado en un casal fallero, una peña, una chirigota, o una cofradia, donde alli vas a beber, comer y a pasartelo bien, y menos mal que es asi, luego lo otro, el sentimiento religioso, allá cada uno, lo importante es el turismo, los hoteles, los euritos, las semanas santas de ahora, son mas bien unas fiestas paganas, mejor que sea así, nosotros o sea la Mary y yo nos vamos a Cuenca a ver la procesión de las turbas, (la de los borrachos de toda la vida) y me han asegurado que a las 6 de la mañana hacen unos bocatas de calamares y unas tapas que flipas, ¡Viva Cuenca !
ResponderEliminarJulián
Asi es, ni las procesiones, ni la Semana Santa son ya lo que eran, pero a mi particularmente los actos siguen sin gustarme nada, sobre todo por la estética y el obsesivo culto a la muerte de la Iglesia.
ResponderEliminarPero bueno, hoy en dia las mayores procesiones se producen en las carreteras, con miles de coches retenidos en interminables colas kilométricas.
Asi es que mucho cuidado con las carreteras a todos los que salgais, y tu Julián, que disfrutes con la procesion de los borrachos.
Saludos y buenas vacaciones a todos