miércoles, 17 de junio de 2020

Crónicas de la Muerte Dulce


En las primeras semanas de un ya lejano 2012, cuando se  hizo viral el augurio del fin del mundo anunciado por los Mayas, y dentro de ese magnífico grupo que son los jueveros, inicié un proyecto que empezó casi como una anécdota; luego fue creciendo a lo largo de los meses, y para cuando llegó el fin de la profecía (afortunadamente todos seguíamos vivos) había crecido espectacularmente hasta los 40 relatos y 22 autores diferentes. Fueron las Crónicas de la Muerte Dulce.
Hoy, veo con sorpresa que los noticiarios anuncian el cambio de la profecía de aquel 21/12/2012 a este proximo domingo 21/6/2021; todo por un supuesto desfase del calendario gregoriano impuesto en 1582, en el que según dicen se perdieron 11 días por año.
Un lio de datos y fechas que poco importan, tampoco la realidad de este tipo de predicciones agoreras, pero que sí sirven como inspiración literaria o cinematográfica. 

Esta es la sinopsis:
Un terrible virus, el VHM-07, más conocido como virus de la Muerte Dulce, se ha extendido por el planeta amenazando con exterminar a toda la humanidad. No existe cura y nadie está a salvo.
La profecía Maya que anticipó que el fin del mundo llegaría el 21 de diciembre de 2012 está a punto de cumplirse.
Crónicas de la Muerte Dulce son 40 relatos al límite. 40 historias tiernas, dramáticas, de suspense, humor, transgresoras e incluso de terror. Un proyecto conjunto en el que 22 escritores han plasmado  la angustia, la soledad y las emociones que se crean en diversos personajes condenados por una situación límite,
una colección de relatos donde varios autores narran las consecuencias ocasionadas por un virus mortal.


Son 40 relatos, microrrelatos y poesías, la mayoría realmente interesantes, de autores como: Tere Oteo Iglesias, Sindel Karina, Alicia Montoro "Ysupais", Anna Jorba Ricart, Mamé Valdés, Juan Carlos Celorio, Anna Jorba Ricart, Irene García Fuentes, Encarni Fernández, Montserrat Sala, Felicitat Cano, Sara O. Durán, Julián Mingo y un largo etcétera, incluido yo mismo. 

Este proyecto tuvo su propio blog:

En él se pueden leer los relatos ordenados por fecha de suceso dentro de la antología (recomendado); también como fueron llegando y subidos originalmente. Solo hay que navegar por el menú en la cabecera. 
De esta antología también publicamos un libro en diferentes formatos: pdf, epub y kindle. Todos gratuitos para su descarga. En INICIO del blog se pueden encontrar los enlaces.

Decir que, aparte de la idea de la profecía Maya, ahora, esta antología tiene muchas coincidencias con lo que está pasando actualmente con la Covid19. Justo esa similitud, sentir el dolor que esta causando, es lo que me ha llevado a pensar en la idoneidad de problicitarlo estos meses.
Hoy, que afortunadamente ya parece que vamos avanzando hacia la esperada normalidad, que volvemos a disfrutar de las calles, al menos en España, y aprovechando que los propios Mayas, o el lio de fechas, lo ha vuelto a poner de moda, es cuando me atrevo a darlo a conocer a quienes no tuvísteis entonces la oportunidad.

Sigamos exigiendo responsabilidad y control. Este Covid19 quizás, solo quizás, si somos responsables y consecuentes con lo que marcan las autoridades sanitarias (mascarillas, higiene, distancia),  se pueda llegar a superar. El VHM-07, el virus de la Muerte Dulce, no se pudo contener y llevó a la extinción de la humanidad.
Evitemos que ocurra.

Crónicas de la Muerte Dulce: Bienvenidos al fin del mundo


2 comentarios:

  1. Jajaja... ¿te acuerdas? El entusiasmo que le pusimos a ese trabajo. Me parece increíble. 8 años ha.
    Un abrazo.
    *se acaba el mundo y empieza otra vez. Otra forma de vivir muy distinta a la que conocíamos. Los mayas sabían muy bien su cuento.
    Gran abrazo, amigo.

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    1. Hola Sara.
      Los mayas dejaron abiertos muchos caminos, pero espero que en este estuvieran equivocados, jajaja. Por lo que no va en ello.
      Fue una experiencia maravillosa. Una de las mejores que yo he tenido nunca. Guardo un gran recuerdo de este proyecto. Y los relatos, ya lo sabes, son magníficos.
      Era la época dorada de los blogs. Entrañable.

      Muchos besos, amiga.

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