miércoles, 4 de octubre de 2017

Adios, viejo olmo







En silencio te has marchado,
dulcemente,
instante sereno de un mundo apagado a tus ojos.
Adiós, viejo olmo,
trabajador infatigable,
quijote de caminos,
emigrante de sueños que has partido al cielo de tu gloria,
etéreo y grácil,
ligero como un pajarillo.


Dejas viuda a la vida y el alma rota,
lágrimas que el viento arrastra
sobre esta tierra de todos que tú tanto amaste.
Las lágrimas de quienes tuvimos la fortuna de conocerte:
tus amigos, tus hijos…, tus nietos;
lágrimas sosegadas de quien fue tu compañera en alientos,
tu apoyo, durante sesenta arduos pero venturosos años.


Ahora, en ti queda el descanso;
en nosotros, dolor y memoria.
Tu memoria.
Tantos recuerdos como nos has dejado en una existencia plena y larga.
Esas vivencias, contadas y escritas,
que me hacen entender cuando las evoco,
cuando las siento,
lo mucho que te vamos a echar de menos.

Adiós, papá.

7 comentarios:

  1. Ohhhh, cómo lo siento, Jose Vicente.
    Te abrazo muy, muy fuerte, porque no existen palabras de consuelo.

    ResponderEliminar
  2. Amigo, este año azotan nuestras vidas estas ausencias. Te acompaño en el sentimiento del que estoy cerca por mi misma.
    Se fuerte y a seguir la vida por ti y por los que quedan a tu lado. Besos.

    ResponderEliminar
  3. José, un enorme abrazo. Cuánto lo siento. Mucho, de verdad. Estoy a tu lado.
    Descanse en paz. Fuerza y consuelo, mi querido amigo.
    Te quiero.

    ResponderEliminar
  4. Vaya, lo siento mucho, QED...
    Salud y abrazo

    ResponderEliminar
  5. Pese a lo irreparable, cuando la muerte llega después de una vida larga y fecunda, uno consigue hacerse a la idea de que quien se fue, deja semilla y por lo tanto, su paso por este mundo ha tenido sentido y quienes lo hemos amado y acompañado debemos agradecer lo que hemos compartido.
    Muy entrañable dedicatoria que sin duda honra su memoria.
    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  6. Hola amigas y amigos. Muchísimas gracias por vuestro apoyo y vuestras palabras de ánimo.
    Realmente han sido unos días, más bien unos meses, bastante duros. Ver como el padre va perdiendo poco a poco su esencia, sus recuerdos y se va consumiendo, también físicamente, despacito, es muy duro.
    Ya ha pasado todo. Ahora ya está descansando y tanto él como sus pasos por este mundo forman parte de nuestra memoria.

    Mi gratitud para todos.

    ResponderEliminar