Las crónicas vuelven a estar de enhorabuena, la encantadora y buena amiga Montserrat Sala del blog "Reflexions en veu alta" ha querido colaborar de nuevo con otra excelente aportación.
En esta ocasión casi más que un relato es una sentida reflexión sobre uno de los males que asolan nuestra sociedad y que, desgraciadamente, por si misma ya es "una muerte dulce".
Creo, no. estoy convencido de que textos como éste de Montserrat Sala son imprescindibles en un proyecto narrativo como este de las crónicas. Sin dudan las engrandecen, porque la realidad se mete de lleno en un proyecto de ficción (o quizas no tanto por el contenido de muchos relatos) como son las Crónicas de la Muerte Dulce.
El relato tiene el título de "Una dulce muerte", y la fecha que le hemos colocado es la del 21/09/2012. No podía ser otra la fecha que llevara. Ese es su día.
Quiero aprovechar esta entrada para saludar a una amiga juevera, a Tyrma, del blog "La ventana.com", aunque también es conocida como "Hacedora de historias". Tuve la fortuna de pasar un par de horas con ella el pasado lunes. Aunque la visita fue muy agradable y amena (es una mujer encantadora y culta), desgraciadamente nos tuvimos que ver en la cafetería del hospital La Fe de Valencia. Su madre está ingresada y yo le deseo un feliz restablecimiento y a ella mucha paciencia.
No se si podrá leer esta entrada, pero de todas maneras le mando un beso y un abrazo muy grande.
21/09/2012 - Una dulce muerte
En nuestro mundo actual, existe una palabra nueva que
aterra, que hace que tiemblen todas nuestras más sólidas convicciones, que se
hundan todas nuestras esperanzas de vida y de felicidad, que nos hace
incrédulos en Dios y en la fe cristiana, desagradecidos con la madre naturaleza
y consigue que nos revelemos al destino, que perdamos la confianza en todo y en
todos...
ResponderEliminarMe cuelo por la ventana, de puntillas, con los zapatos en la mano para no quebrantar la paz de la Muerte Dulce.
En esta hora de sosegada calma, mientras el mundo duerme Tyrma y yo hacemos balance del día, te leo, recuerdo, sonrío.
Con un café delante y el "Despertar" sobre la mesa se produce el encuentro. La palabra fluye espontánea, y sin darme cuenta, me sumerjo en la charla, olvido la hostilidad del entorno y el motivo de mi estancia allí.
El tiempo vuela, y al despedirnos, mientras agradezco la visita, educado y sincero me dice "si necesitas algo...". No lo digas dos veces, Jose, que lo mismo te pido un plato de paella y te toca volver-le digo muy seria.
Si amigos, el Sr. García Torrijos, me regaló unas horas de cálida amistad, y el placer de su grata compañía.
Muchísimas gracias, José Vicente.
Querida Chelo, como te lo dije lo repito, si necesitas algo, cualquier cosa, no tienes más que hacerme una llamada, aporovecha el teléfono de este mismo jueves pasado, pero éste que sea legítimo, sincero y real, que la compañia así lo merece y lo vale.
EliminarPara mi fue un verdadero placer y las horas pasadas de cálida amistad fue recíproca, te lo aseguro. Sin duda valió la pena el paseo por las caóticos caminos hasta la cafetería del hospital, jajaja :).
Repetiremos el encuentro, sin duda.
Que se mejore pronto tu madre y que puedas volver pronto a casa y a los jueves.
Un beso acompañado de un agradecido abrazo
Quien tuviera vuestro talento para saber escribir así.
ResponderEliminarBesos para todos.
Un relato muy bueno sobre una enfermedad tremendamente dolorosa.
ResponderEliminarMaripaz