Ya se acabó el viaje, ya estamos de vuelta en Valencia, han sido diez dias intensos, en los que hemos recorrido casi 3.000 km., en concreto 2.908 km, hemos atravesado 9 provincias y 5 comunidades autónomas, pero casi la mitad de ese montón de kilómetros ha sido de mucha montaña, muchos valles, muchas curvas y muchos pueblos, de interior y de costa, también playas, aunque no para bañarnos, que el Cantábrico está muy frio, pero si para admirarlas, además de contemplar los grandes y majestuosos paisajes, a traves de los impresionantes miradores que hay por doquier en toda la cornisa cantábrica...
Nuestro primer destino fue Burgos, donde hicimos una primera noche, no solo por no hacer de un tirón los casi 800 km, que hay desde Valencia hasta Serdio (Cantabria) que era nuestro destino, si no también por volver a visitar esa ciudad, y su majestuosa catedral.
La pena de la visita a Burgos es que no pudimos visitar el interior de la catedral, porque se habían cerrado las visitas a la hora en que llegamos, lo mismo ocurrió con el Museo de la Evolución Humana, que se había inaugurado esa misma semana por la Reina, una pena. Si que pudimos contemplar a las puertas del museo una exibición de danza contemporanea, aunque algo alejados, también un desfile folklórico de varios paises del mundo en la puerta del Arco de Santa María.
Fue gracioso ver como una pareja de novios recién casados en la catedral, circulaban en monopatín por los alrededores de la misma, con velo y ramo incluidos.
A la mañana siguiente, pude disfrutar de la ciudad casi en solitario, me levanté temprano, a las ocho ya estaba en la calle, por la cuestión del coche y la hora, que luego resultó no ser necesario, estábamos en una pensión, que se encontraba en el mismo centro de la ciudad, apenas a 150 metros de la estatua del Cid y a unos 400 de la catedral. así es que me dediqué, incluso sin haber desayunado, a dar un largo paseo, por los alrededores, como casi no había tráfico ni gente, solo alguno que otro paseando al perro, pude disfrutar de un paseo magnífico, hacer unas buenas fotos al Cid y al Teatro Principal, que estan en medio de una avenida llena de autobuses por lo general, y de sus alrededores, aunque no llegué a la catedral. ¡¡habían 13,5 grados de temperatura!!, fue estupendo.
Esa estupenda caminata matutina solo fue ensombrecida por algo que ya me ocurrió hace unos meses en Valencia, y que ýa conté aquí. Cuando ya regresaba a la pensión, y bajo unos soportales, había un kiosko de la Once, y un señor acompañado de dos mujeres, ya de edad los tres, me preguntaron que cuando iba a abrirlo para comprar un cupón.
Este suceso vuelve a demostrar que los prejuzgadores y los tontos no conocen de fronteras, de ciudades ni de edad. En la muleta que me ayuda para caminar no dice, de momento, ¡iguales para hoy!.
Una vez que desayunamos, pusimos rumbo a Serdio, a la que iba a ser nuestra casa durante la siguiente semana.
Cuando llegamos la impresión no pudo ser mejor, el pueblo era el típico cántabro, pequeño, tranquilo, acogedor, con sus casonas y sus tejados rojos, bien armonizados, y lugar de paso para muchos peregrinos que todos los dias pasaban por allí siguiendo el Camino de Santiago en busca del Jubileo Compostelano.
La casona, cuidadosamente restaurada tenía, además, unos 5.000 metros cuadrados de cesped, salpicado por todo el recinto con todo tipo de árboles frutales: perales, manzanos, higueras, ciruelos, etc. realmente una maravilla.
Los dias que no estaba nublado, que no fueron muchos, esa es la verdad, se lograba ver desde el patio de la casona, los Picos de Europa y el Naranco de Bulnes, y a la salida del pueblo, por la parte de atras de la casa había una subida, donde, desde lo alto, se podía ver perfectamente San Vicente de la Barquera y el mar, que distaba 7 kilómetros de donde estábamos.
Los dueños eran José Luis (Puchi) y Marta, dos personas encantadoras y amables como pocos, todos los dias se prestaban a recogernos el pan que llegaba en reparto al pueblo a media mañana, mientras nosotros nos íbamos de garbeo a recorrer montañas, pueblos y valles.
Nos aconsejaban lugares y rutas, uno de los mejores sitios que hemos visto es el mirador de Santa Catalina, desde el que se ve una espectacular vista del Desfiladero de Hermida, que es la impresionante carretera que bordeando los picos de Europa llega hasta Potes, ese mirador no lo encontré en ningún mapa ni en ninguna referencia de recomendaciónes turísticas, de las cuales tenía un montón que el propio José Luis me había prestado en una carpeta que a él le dieron como promoción turística del Gobierno de Cantabria.
También una noche tuvo la santa paciencia de prestarme su ordenador para poder pasar las fotos de una memoria al ordenador y grabarlo en un dvd, tarea lenta porque hubo que hacerlo desde la propia cámara de fotos, tuvo que aguantarme hasta las diez y media de la noche.
Conchín, mi mujer, y Marta hicieron buenas migas, tenían largas y amenas charlas. Realmente eran unos caseros amables y encantadores.
Nosotros hemos quedado encantados de esta posada, se llama La Torre, está bien comunicada y es muy, muy agradable
Continuará...
Expectativas
Hace 4 horas
pituuuuuuu,me alegro que te lo pasaras bien, estoy deseando leerte más sobre tu viaje; yo también tenia pensado ir este año a conocer Salamanca y Extremadura, pero se me ha caído la suegra, se ha roto la cadera, y la acaban de operar, las vacaciones, atomar por el.........
ResponderEliminaréstas suegras, no saben como joder a uno.
Lo dicho estoy esperando leerte y bienvenido a la realidad.
Blas
Gracias Blasón, efectivamente ya hemos vuelto a la realidad, pero bueno lo que queda es que ha sido un buen viaje, de muchos kilómetros, pero muy interesante.
ResponderEliminarContaré el viaje en un par de entradas mas, para no hacerme pesado, que si no me contengo me salen esos temas tan largos.
Siento lo de tu suegra, espero que se mejore, lo que si te digo es que visto el calor que hacía en Toledo, en Salamanca y en Extremadura también debe de ser la leche.
Un abrazo
Jose Vte...
ResponderEliminar¡qué bueno que llegaste!...
Bonito recorrido y mejor estancia en Serdio...se vé muy bonito.
Toda la cornisa Cantabrica es preciosa, en el interior y en la costa...
Como no puedo salir de casa muy lejos, todavia por el corsé de hierros, al menos viajo con vuestras fotos y crónicas.
Gracias.
Hola Anna, pues si, ya estamos de vuelta, efectivamente la cornisa cantábrica es preciosa, y muy, muy verde.
ResponderEliminarSi existe la posibilidad de que las fotos y los relatos te sirvan de distracción en el mal momento que estás pasando, intentaré contarlo lo mejor y mas ameno posible.
Mucho ánimo que ya va quedando menos para que te retiren ese pesado corse.
Un abrazo
Que buen viaje, que envidia, mis vacaciones han sido mucho más simples y estáticas, pero bueno vacaciones a fin de cuentas. Nos leemos
ResponderEliminarGracias amigo x el coment, bueno le deseo suerte en el concurso de 20blogs, ojala haga una buena participacion.
ResponderEliminarGracias Boris, los comentarios siempre son bien recibidos, ya te dije que siempre que pueda los haré en tu blog, si tu tienes a bien hacerlos en este, estaré encantado.
ResponderEliminarLos premios 20 blogs, por supuesto que no aspiro a mucho, a muy poquitos desde luego, si se cubren los dedos de una mano ya daré saltos de alegría, aunque de momento ya tengo uno, jeje.
Pero lo que si es una buena oportunidad para darse a conocer, que otros te conozcan y asimismo conocer a otros.
Un saludo
Hola SE, bienvenido a este sitio, vacaciones son todo lo que nos haga desconectar de la monotonía del dia a dia, da igual viajar como yo he hecho este año ( y que no hacía desde hace bastante, te lo puedo asegurar), que pasarlo en el sofa de su casa leyendo, viendo películas o disfrutando de los amigos, lo importante es relajarse y desconectar.
ResponderEliminarGracias por comentar
Un saludo